OPINIÓN/ Reinaldo Aguilera:
En la Venezuela de hace 25
años atrás, con la cercanía de las fechas decembrinas, empezaban los
preparativos, muchos iniciaban con meses de antelación a chequear las ofertas
de viajes, los destinos eran múltiples: Margarita, Aruba, Punta Cana, Cancún,
Miami entre otros; las empresas que ofrecían los paquetes y las aerolíneas
también, la llegada del pago de los aguinaldos o utilidades daban para todo,
definitivamente cambiaban el rostro de la gente y se inyectaba una vitamina al
sistema económico de todo y de todos,
lamentablemente el Chavismo y la Revolución acabaron con eso.
Cualquiera que tenga memoria
de 1998 hacia atrás sobretodo, recordará cómo alguien compró su primer carro o dio
la inicial para la tan añorada vivienda, el que ya la tenía hacía
remodelaciones, cambiaba el piso, la cocina y en medio de tantas cosas llegaba
la noche buena y la alegría inundaba los hogares, qué recuerdos.
Con mucha rabia e impotencia
se puede observar que las famosas navidades felices que promete y promete Nicolás a
la población en general y a los funcionarios
públicos, parecen ser otro ofrecimiento que no cumplirá, y
es que el pago del primer porcentaje de los aguinaldos
2020 robó todas las esperanzas de los trabajadores, que vieron cómo
el monto cancelado se disolvió en cuestión de horas o minutos, llegando a
cubrir en algunos casos medio kilo de Queso o de Café, uno se queda sin
palabras ante la barbaridad que eso representa.
Por otra parte, cabe destacar, que en medio de lo que constituye el Coronavirus
en la Venezuela actual, los trabajadores de la salud, por ejemplo, deberían ser
unos de los mejores pagados y resulta que los enfermeros
denunciaron el bajísimo pago del aguinaldo referido que recibieron y que no
llega a cinco dólares 5$, por lo que no les alcanza para cubrir sus gastos.
La humillación con ese gremio y ese irrisorio pago es
sin dudas una falta de respeto, lo realmente importante es que esa humillación
es generalizada, mientras desde el alto mando del régimen se llenan la boca
anunciando perniles y festividades, resulta que es para “ellos” no para el
resto de país que sufre la miseria a la cual los han arrastrado desde que
apareció el fallecido Hugo Chávez hasta nuestros días, eso no hay que
olvidarlo.
Las consecuencias de la mala praxis en materia
económica y bienestar social por parte del régimen Madurista, se circunscribe a
que muchos trabajadores de cualquier área, están considerando constantemente
abandonar la profesión que sea, a causa de los malos pagos y las condiciones
laborales precarias en las que se desarrollan sus actividades, esa es la
realidad que con cuanta cadena de radio y televisión siempre tratan de ocultar.
Lo cierto es que la llegada de las navidades de
antes, llegaba el calor, ritmo y alegría para todos, se podían escuchar
gaitas y aguinaldos desde el mes de noviembre en las emisoras de radio
venezolanas, muchas de ellas que por cierto el régimen expropió y maneja ahora
su antojo.
Es que en la Venezuela de antes de la revolución, la navidad tenía sabor a hallaca y
pan de jamón, sonido de gaitas y aguinaldos, casas decoradas con luces y
parrandas de casa en casa, todo eso se fue diluyendo en el tiempo hasta llegar
a las navidades desdibujadas de ahora, fiestas en las que se trata de
sobrevivir a la miseria con mucho esfuerzo y sacrificio.
Ésta navidad en
particular, nos recordará mucho más el advenimiento de un ser humano que
predicó un mensaje extraordinario y que invitó a construir un mundo de
solidaridad y justicia, sobretodo de justicia que se necesita tanto en nuestro
país.
Trataremos entonces que
desde cada sitio en el cual nos encontremos, la navidad del 2020 sea vista como
tiempo del nacimiento del niño Jesús, quien ahora más que nunca nos invita al
renacimiento de la conciencia con verdadera responsabilidad social, tolerancia,
comprensión sin distingos de raza, credo o clase social, solidaridad y
preocupación por el bien de los demás y de nuestra comunidad, aunque en algunos
momentos sintamos que las brechas existentes nos parezcan infranqueables.
Así y sólo así
lograremos superar la miseria económica y mayor aún la miseria social colectiva
que nos ha traído ésta gente, debemos luchar contra eso para volver a recuperar
el país que creemos perdido y poder más temprano que tarde ver desde lejos la
pesadilla en la cual estamos inmersos y decir que Gracias a Dios ya lo
superamos, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R.
En Twitter: @raguilera68
/ @AnalisisPE
No hay comentarios:
Publicar un comentario