OPINIÓN/ Reinaldo Aguilera:
En la Venezuela de hace unos
26 años atrás aproximadamente, con la cercanía de las fechas decembrinas,
empezaban ya los preparativos vinculados a las fiestas de fin de año, muchos
iniciaban con meses de antelación a chequear las ofertas de viajes, los
destinos eran múltiples: Margarita, Aruba, Punta Cana, Cancún, Miami entre
otros, también iniciaba la planificación para viajar a casa de algún familiar o
recibir a alguien que venía a tú casa; las empresas ofrecían distintos paquetes
y las aerolíneas también, la llegada del pago de los aguinaldos o utilidades
daban para todo, definitivamente cambiaban el rostro de la gente y se inyectaba
una vitamina al sistema económico de todo y de todos, lamentablemente el
Chavismo y la Revolución acabaron con eso.
Cualquiera que tenga memoria
de 1998 hacia atrás sobretodo, recordará cómo alguien compró su primer carro o
dio la inicial para la tan añorada vivienda fuera apartamento o casa, el que ya
la tenía hacía remodelaciones, cambiaba el piso, la cocina y en medio de tantas
cosas llegaba la noche buena, con las hallacas, la familia y amigos, la alegría
inundaba los hogares, qué recuerdos.
Con mucha rabia e impotencia
se puede observar que las famosas navidades felices que promete y promete Nicolás a
la población en general y a los funcionarios
públicos, incluso que las adelanta, parecen ser otro
ofrecimiento que no cumplirá o lo hará a medias, y es que el pago del primer porcentaje de los aguinaldos 2021 robó todas las
esperanzas de los trabajadores, que luego del bochinche electoral, han
observado cómo el monto cancelado se disolvió en cuestión de horas o minutos,
llegando a cubrir en algunos casos medio kilo de Queso o de Café, quizás unas
salchichas genéricas, uno se queda sin palabras ante la barbaridad que eso
representa, mucho más cuando antes se vivía mejor.
Por otra parte, cabe destacar, que en medio de lo que constituye el Coronavirus
y otras enfermedades en la Venezuela actual, los trabajadores de la salud, por
ejemplo, deberían ser unos de los mejores pagados y resulta que enfermeros y médicos denuncian y denuncian el bajísimo pago del
aguinaldo referido que recibieron y que no llega a cinco dólares 5$, por lo que
no les alcanza para cubrir sus gastos.
La humillación de todos los gremios y el irrisorio
pago de utilidades es sin dudas una falta de respeto, lo realmente importante y
lo repito, es que esa humillación es generalizada, mientras desde el alto mando
del régimen se llenan la boca anunciando perniles y festividades, resulta que
esos anuncios son solo para “ellos” no para el resto de país, que sufre la
miseria a la cual los han arrastrado desde que apareció el fallecido Hugo
Chávez hasta nuestros días, eso si no hay que olvidarlo.
Las consecuencias de la mala praxis en materia
económica y bienestar social por parte del régimen Madurista, se circunscribe a
que muchos trabajadores de cualquier área, están considerando constantemente
abandonar la profesión que sea, a causa de los malos pagos y las condiciones
laborales precarias en las que se desarrollan sus actividades para emigrar con
tal de vivir mejor, esa es la realidad que con cuanta cadena de radio y
televisión siempre tratan de ocultar desde la cúpula del régimen.
Lo cierto es que, con el arribo de las navidades de
antes, llegaba el calor, el ritmo y alegría para todos,
se podían escuchar gaitas y aguinaldos desde el mes de noviembre en las
emisoras de radio venezolanas, muchas de ellas que por cierto el régimen
expropió y maneja ahora su antojo utilizándolas para enviar sus mensajes lava
cerebro durante todo el día.
Es que, en la Venezuela de antes de la revolución, la navidad tenía sabor a hallaca y
pan de jamón, sonido de gaitas y aguinaldos, viviendas decoradas con luces y
parrandas de casa en casa, todo eso se fue diluyendo en el tiempo hasta llegar
a las navidades desdibujadas de ahora, fiestas en las que se trata de
sobrevivir a la miseria con mucho esfuerzo y sacrificio, a excepción de los
enchufados claro está.
Sin embargo, ésta
navidad en particular, nos recordará mucho más el advenimiento de un ser humano
que predicó un mensaje extraordinario y que invitó a construir un mundo de
solidaridad y justicia, sobretodo de esa justicia que se necesita tanto en
nuestro país.
Trataremos entonces que
desde cada sitio en el cual nos encontremos, lejos o cerca, solos o
acompañados, la navidad del 2021 sea vista como un tiempo bonito, el del
nacimiento del niño Jesús, quien ahora más que nunca nos invita al renacimiento
de la conciencia con verdadera responsabilidad social, tolerancia, comprensión
sin distingos de raza, credo o clase social, solidaridad y preocupación por el
bien de los demás y de nuestra comunidad, aunque en algunos momentos sintamos
que las brechas existentes nos parezcan infranqueables.
Así y sólo así
lograremos superar la miseria económica y mayor aún la miseria social colectiva
que nos ha traído ésta gente, debemos luchar contra eso para volver a recuperar
el país en el que crecimos, ese que creemos perdido y poder más temprano que
tarde ver desde lejos la pesadilla en la cual estamos inmersos y decir con
mucha fe que Gracias a Dios ya lo superamos, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R.
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