viernes, 26 de agosto de 2022

Los partidos políticos y la democracia




A veces, desafortunadamente, los ciudadanos tienden a olvidar la importancia de las instituciones para la vida civilizada. La barbarie autocrática nos hace volver a recordar, forzosamente y sobre la marcha, lo que en momentos de frivolidad pudimos olvidar y esforzarnos para restituir la democracia, la libertad y la paz social. Uno de nuestros grandes olvidos como sociedad fue el rol de los partidos políticos.



Me temo que, incluso entre personas con cierto grado de instrucción, se desconoce que los partidos políticos son expresiones organizativas de la sociedad civil y que, por tanto, cuando se afirma que existe un supuesto conflicto entre los partidos y la sociedad civil se incurre en, al menos, una grotesca imprecisión. Los partidos nacen de las inquietudes políticas de un determinado grupo de personas y su vocación, sin más, es lograr alcanzar el poder y mantenerlo. En las sociedades democráticas, existen diversos partidos y estos canalizan su inherente conflicto por el poder a través de la celebración de elecciones periódicas, libres y justas. Es un hecho que la alternativa a regularizar el conflicto político por medio de elecciones es la guerra civil.



Un partido político, dado el escenario de competitividad y conflicto en el que se desenvuelve de manera constante, requiere de sus miembros disciplina. Sin ella, el partido se vería rápidamente superado por un entorno hostil que promovería su división y la fragmentación. Mientras mayor sea la disciplina del partido, mayores son sus posibilidades de éxito tanto en lograr victorias electorales como la de mantener coherencia a la hora de ejercer el gobierno. Aún más, si un partido determinado en cierta coyuntura incentiva la protesta pública, promueve la movilización ciudadana y desarrolla una agenda de agitación popular, es fundamental contar con una disciplina muy rígida. Los opinadores que desde fuera de estas organizaciones hacen llamados a debatir, a horizontalizar, a descentralizar o democratizar a los partidos son, esencialmente, enemigos de los partidos y de la democracia. No hay medias tintas, los partidos políticos deben ser piramidales y disciplinados si también desean ser exitosos y perdurables.



Los partidos, además, cumplen un rol fundamental para el sistema democrático. Se constituyen en interlocutores entre la sociedad y el Estado. Su vocación electoral les obliga a comprender los distintos intereses parciales expresados por la sociedad a través de los sindicatos, gremios o agrupaciones civiles, para luego ofertar unos objetivos programáticos que sean atractivos para la mayoría. Aunque numéricamente los militantes de los partidos políticos sean algo menos que el 2% de la población adulta en un país, solo puede ganar una elección quien logre la mitad más uno de los votos. El voto de la prostituta vale lo mismo que el de la monja, por tanto, el mensaje del partido debe ser atractivo para ambas ciudadanas. Alguien dirá “pero eso es inmoral”, “pero eso es no tener ideales”, “eso es antiético” y tendría razón. La verdad es que la lucha por el poder, como bien reconoció Maquiavelo hace cinco siglos, no tiene mucho que ver ni con la fe, ni las buenas costumbres, ni los ideales. Eso no es una crítica, faltaba más, ¡qué bueno que los partidos políticos son así!. De otra manera, ¿Cómo lograríamos que en los sistemas democráticos se tomen decisiones ajustadas a los intereses de la mayoría? ¿Por obra y gracia del espíritu santo?. Ciertamente, muchas veces se incumplen las promesas hechas y la consecuencia lógica para un partido político que no satisfaga al electorado es perder la siguiente elección.



¿Qué ocurre cuando una coalición se hace con el poder de forma exclusiva e impide que la mayoría se exprese en elecciones democráticas? Pues, se destruyen los partidos de oposición, se fragmenta a la sociedad, se limita o anula la libre circulación de ideas y se reprime a cualquier ciudadano descontento con esa situación. Ese es el fin de la democracia porque sin competencia entre partidos y sin interlocución entre la sociedad y el Estado los únicos intereses que importa satisfacer son las apetencias económicas de los miembros de la coalición dominante. En ese contexto se fortalece y crece, como la mala hierba, el opinador antipartido. Para el o ella, la dictadura comete sus crímenes por culpa de los partidos, se critica a los partidos por su búsqueda del poder, se critica su disciplina, se critica su vocación electoral, se les separa artificiosamente del resto de la sociedad civil y se les arrincona… todo ello solo beneficia a las dictaduras.



De hecho, los partidos políticos modernos surgieron como respuesta al poder de las oligarquías familiares, las corporaciones religiosas y las fuerzas armadas. Si los partidos dejan de existir, claramente los beneficiarios serán las familias poderosas, el clero más cínico y los militares más represivos. Un ciudadano democrático tiene el deber de comprender su realidad y actuar en consecuencia, sino la antipolítica y la dictadura lo devorará.



Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica

viernes, 19 de agosto de 2022

“Los Ojos de Hugo”

 OPINIÓN

Reinaldo Aguilera: 

 

Desde la muerte del ex presidente Venezolano ocurrida según el 5 de marzo del 2013, producto de un cáncer de colon que fue negado hasta que no hubo alternativa que aceptarlo, prácticamente el país entero se fue minando de vallas, fotografías, pinturas y un largo etcétera, de la famosa silueta con la mirada de Chávez, como símbolo de la denominada Revolución Bolivariana, inclusive la imagen comenzó a aparecer en todas partes y de este modo parecía observar a los venezolanos desde muros, paneles, autobuses, e incluso la ropa que llevaban muchas personas.

Aun sin haber pasado una década del fallecimiento de Chávez, las cosas parecen ir cambiando producto de infinidad de cosas que obligan a los herederos de la Revolución a tomar decisiones al respecto, el símbolo omnipresente que sirvió para impulsar al Chavismo en tiempos de cambios, es quizás ahora símbolo también de las erradas políticas que han llevado al país a un abismo del que necesita salir.

Lo cumbre es que al no haber alternativa creíble de cambio político por el momento, es la misma Revolución la que está tomando medidas y una parece ser la eliminación paulatina de los famosos ojos del fundador de el Proceso Revolucionario del Siglo XXI.

Ahora bien, al menos por el momento, efectuamos la aseveración a la que nos referimos, pues todo parece indicar que con el reciente giro hacia una economía más capitalista en el país sudamericano, se ha dado paso a que las vallas publicitarias de diversos productos, sustituyan algunas de las miles de imágenes de Hugo Chávez en todo el país, es así que vemos que a la fecha, es más probable que los venezolanos encuentren un anuncio de algún concierto o de cualquier producto de belleza a lo largo y ancho de las avenidas de las principales ciudades, que un tributo al icono revolucionario del país, lo que indica que definitivamente algo está sucediendo.

Las hipótesis pueden ser varias sin duda, podríamos pensar que luego del aparatoso fracaso de las políticas de toda índole basadas en la experiencia y asesoramientos provenientes de Cuba tienen algo que ver y según las señales también diríamos que el soporte Chino conjuntamente con la asesoría tendrían sus manos metidas en los cambios que se perciben.

Definitivamente de aquella China en la que gobernaba Mao Tse Tung a la actual es mucha el agua que ha pasado debajo de los puentes, en la etapa inicial, Mao buscaba un desarrollo industrial al tiempo que se suprimía todo lo relacionado con la Propiedad Privada y de este modo la agricultura se colectivizaba involucrando a millones de chinos en el proceso.

Otro aspecto a destacar es que la economía se organizaba en planes quinquenales, sin embargo, estas políticas, conocidas como “el gran salto adelante” (1958-1961) no resultaron efectivas y se produjeron graves situaciones de desabastecimiento, lo que causó la muerte por inanición de millones de chinos.

Así pues, pasado mucho tiempo y dadas las consecuencias de medidas poco efectivas, ya en los años 70 hubo una etapa de cambio con la llegada al poder de Deng Xiaoping, así pues, se apostó por la modernización de la economía, la introducción de ciertos elementos del llamado Libre mercado y se logro la apertura hacia Europa, Estados Unidos y Japón.

Este proceso de apertura daría lugar al establecimiento de relaciones comerciales con otros países como ya hemos dicho, llegando a China la inversión extranjera por parte de grandes compañías estadounidenses como Boeing, McDonald’s y Coca-Cola, esta combinación de SOCIALISMO con elementos de CAPITALISMO, dieron lugar a que 850 MILLONES de Chinos dejaran atrás la pobreza, como les he resaltado, lo anterior dista por muchísimo de los resultados que en 23 años de Chavismo con políticas Cubanas vemos en nuestra Venezuela.

El desgaste, la insatisfacción de millones o simplemente una realidad inocultable hace que aquellos ojos que hasta hace poco intimidaban, hoy apenas transmitan sensación alguna. La verdad es que esas imágenes, cada vez menos perceptibles, marcan tal vez el fin de una etapa, la era del régimen socialista, ahora liderado por Maduro, cuyas fotografías proliferan en detrimento del otrora todopoderoso Chávez y que si da un giro correcto como el de la China de los 70, pudiera cambiarlo todo, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.

En Twitter: @raguilera68 / @AnalisisPE

 

 

jueves, 4 de agosto de 2022

Oposición sin Planificación

 OPINIÓN

Reinaldo Aguilera: 

 

Los tiempos que estamos viviendo a nivel mundial y con mayor especificidad en nuestra Venezuela, nos obliga a estar muy atentos a los constantes cambios que ocurren y ante esa realidad se hace necesario tener otro tipo de enfoque, no basta el clásico o el ya desgastado, sobre todo porque la ciudadanía se da ya cuenta de que muchos en vez de políticos, son vividores de oficio y en ese sentido aunque parezca tedioso, el tema que les voy a plantear cobra suma importancia.

Por allá en el ya muy lejano 1995, en una conferencia dictada por el Profesor Douglas C. North, Premio Nobel de Economía 1993, éste nos indicaba lo importante que resulta determinar hacia dónde vamos como país y la necesidad de invertir en lo que se conoce como el capital físico al igual que en el capital humano, estructural y en la tecnología, hoy los países que han sabido aplicar entre otras cosas esos principios, son quienes lideran el mundo, ejemplo existen varios, lamentablemente Venezuela no se encuentra entre ellos.

Ahora bien, no solamente se hace necesaria la inversión por parte del estado en ésas áreas, es determinante que quienes hacen oposición a cualquier gobierno tengan ese enfoque, en las actuales circunstancias es obligatorio diría yo, que eso sea así y lo que se siente en la calle es que no está ocurriendo; la sensación es de que los partidos políticos léase: Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, AD y otros por no extendernos, están utilizando a la gente que dicho sea de paso ya es bastante poca en cuanto a militancia real y efectiva, esa matriz de opinión hay que revertirla y el modo de hacerlo es actuando, no dejándolo pasar, hasta ahora parece que la jugada es dejar eso así y seguir con el mismo discurso, en este caso las famosas primarias.

Viendo esto que les acabo de explicar, hay que añadir un insumo que quizás muchos no observan, pues no es el enfoque tradicional de los problemas en el área política, es lo que se conoce como “Mercados Políticos”, sí así como lo leen, porque si bien no es común tener la costumbre de considerar al sistema político como mercado, es tan mercado como el económico, por ejemplo, solamente que funciona de manera diferente.

Entendiendo esto, debemos necesariamente considerar que en dicho mercado, se realizan intercambios y se asumen posiciones respecto a dediciones tomadas o por definir y eso no se puede hacer sin planificación alguna, porque los resultados serían imprevisibles, según mi apreciación; algo así es lo que se observa en este momento, existe una especie de falta de conducción, un vacío, de allí que se debe hablar claro al país opositor, asumir compromisos reales con la gente, con las estructuras de base, a la gente que sigue sufriendo los golpes diarios del Chavismo, hay que dar señales de transparencia lo cual con seguridad  generará credibilidad, claro está, si se hace, porque con lo que sucede por ejemplo con el caso MONOMEROS en Colombia, la transparencia brilla por su ausencia.

En cualquier sociedad, bien organizada y planificada, existen normas o reglas de juego, unas conformadas por lo que podemos llamar normativa formal, que no es otra que las enmarcadas en leyes, reglamentos, ordenanzas etcétera, pero también existen las informales pero que son de una importancia vital, son los códigos de conducta y si no se aplican y respetan correctamente, se hace muy cuesta arriba que la sociedad funcione bien, surgen así otro tipo de conflictos que no dejan que se avance en una dirección determinada, por eso es que esos códigos deben respetarse y no burlarse, del cumplimiento cierto de esas normas, surge la capacidad real de planificación y prosperidad de los países.

Teniendo ya varios aspectos claros, podemos afirmar que para dar la seguridad que muchos necesitan en cuanto a la dirección que debemos tomar para salir del actual clima de desconfianza y quizás generar un posible cambio de gobierno para el 2024, se deben aplicar con suma urgencia políticas de cambio, bajo el enfoque de planificación, para así poder prever los escenarios venideros y actuar asertivamente, es decir,  si no se ofrece un mecanismo real que integre el mensaje de la posición, con lo que podríamos denominar una hoja de ruta cierta, con la organización debida, seguiremos sin rumbo y el régimen ganará cada vez más y más terreno, por lo tanto habrá que olvidarse de un nuevo y diferente presidente para el próximo periodo.

Como venimos explicando, la aplicación del planteamiento estratégico o más específicamente de la planificación estratégica dirigida a la política, hay que verla desde la perspectiva de la correlación de fuerzas entre los actores, en este caso el actual gobierno que controla prácticamente todo y la oposición que sigue sin rumbo fijo, lo cual determinará la apreciación de la situación, de allí surgirán los aspectos determinantes a ser atacados y si se hace correctamente los resultados se verán con prontitud; pero como lo he dicho en otras oportunidades, hay que hacerlo ya, la crisis avanza con las horas y mientras miles se aventuran al cruce peligroso e incierto de la selva del Darién para llegar a EEUU, otras personas están esperando por las señales ciertas para decidir si apoyar o no esos mecanismos de cambio.

Por lo tanto se deben analizar las situaciones existentes, para poder anticiparse y superar los obstáculos que el régimen coloca a diario y en lo que ya son expertos, ya Maduro salió anunciando que nada más y nada menos que el 1ro de Octubre inician las navidades en Venezuela; así pues que no se puede reaccionar tardíamente o hacerlo hormonalmente, se debe necesariamente actuar con coherencia y madurez para con todos los seguidores de la oposición y por qué no, también para quienes no lo son, aquellos que están ya descontentos del propio Chavismo/Madurismo y que sufren también los embates de las erradas políticas del mal gobierno y así se animen a sumarse al cambio.

De hacer lo correcto, con seguridad permitirá a la oposición pasar rápidamente de la planificación estratégica por escenarios a la planificación por resultados, de hecho ya ha sucedido, la victoria electoral obtenida en el año 2015 así lo demostró, pero en éste momento la sensación es que no se tiene brújula.

No se trata de una crítica destructiva hacia lo que se está haciendo, para nada, de lo que hablamos es de que hace falta mayor claridad en el mensaje y por supuesto coherencia en todo lo que se haga, porque la Venezuela de hoy en día no es un país normal y nuestro contrincante tampoco lo es.

Una visión clara a mi entender, es que políticos y planificadores no pueden sino ser aliados, es lo natural, aunque en la vida real muchas veces no lo son, bien sea por que unos no quieren y otras porque algunos no lo desean (aquí se encuentran muchos de los líderes de la oposición actual)  y las consecuencias de tales actitudes se notan casi de inmediato, perdiendo generalmente los primeros la credibilidad y el apoyo de sus seguidores.

A modo de reflexión les he dejado por aquí solamente mi punto de vista sobre lo que hay que hacer, porque esa conexión entre política y planificación es inevitable si se quiere tener éxito en las acciones futuras, porque el poder político actúa a través de políticas planificadas.

Finalmente concluyo con una cita del famoso manager de las grandes ligas del béisbol Lawrence Peter “Yogi” Berra, que acertadamente señaló a su manera, lo importante que es planificar: “Si usted no sabe a dónde va, mejor averígüelo, porque puede llegar”, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.

En Twitter: @raguilera68 / @AnalisisPE