La institución gremial empresarial de mayor
representatividad y reconocimiento en Venezuela es Fedecámaras. Jonatan Aldana,
presidente de Fedecámaras Carabobo, me permitió conocer las prioridades de la organización,
el aporte en materia de promoción de la libre iniciativa y la propiedad privada
como pilares de una sociedad libre y próspera tiene un gran valor para nuestro
país, principalmente ahora, que tanta falta hace. Aproveché la oportunidad de
reunirme con algunos de los miembros de su Comité Ejecutivo para escuchar sus
puntos de vista y expectativas frente a temas tan actuales como la voracidad
fiscal, el desempleo y la crisis social, la ausencia de diálogo tripartito y la
debilidad institucional que aqueja al Estado venezolano.
Le pregunté a sus directivos ¿Cómo evalúa
Fedecámaras las políticas fiscales vigentes en el actual contexto de emergencia
sanitaria y económica? ¿Qué medidas fiscales deberían ser tomadas para evitar
la voracidad fiscal, el cierre de empresas y la perdida de puestos de trabajo?,
Ana Isabel Taboada, Vicepresidente del gremio, me expresó “creo que en estos
momentos es muy difícil seguir cargando al empresariado con tributos que hacen
muy pesado o nulo el funcionamiento de la empresa. Los aumentos han sido desproporcionados, si
hablamos de Valencia, ponemos el ejemplo del IMA que del mes de Enero para acá
ha subido la tasa en un 1300% y en estos momentos que el nivel de ventas ha
caído en más de un 60%, lo que menos producen las empresas es desperdicios.
Había que buscar soluciones alternas para aumentar lo recibido a través de
impuestos, se podría incrementar el número de contribuyentes si se formalizara
a los informales. En estos momentos, donde cada vez se recibe menos mercancía,
los trabajadores son menos, los días trabajados son disminuidos, sería poco
ético aumentar los tributos. La solidaridad en momentos de pandemia sería un
gesto para aliviar la carga pesada de tener las Santamarías abiertas”.
Jonatan Aldana indicó que “Fedecámaras
Carabobo no está satisfecha con la manera en que se ha respondido, en materia
de política fiscal, a los sectores productivos. Debemos recordar que antes de
la presentación de la pandemia que hoy nos azota, la crisis económica ya era de
dimensiones más que preocupantes, por ello desde Fedecámaras se plantearon
varias propuestas, para buscar aliviar la carga fiscal de las empresas y poder
enfrentar en mejores condiciones la actual coyuntura. Pero lamentablemente
hemos sido poco escuchados”
Leoncio Landaez, Secretario de Fedecámaras
Carabobo, me explicó que “El Estado venezolano tiene más de dos décadas sin ser
productivo. Ni siquiera en la mayor escalada petrolera de mayo de 2012. Siempre
ha dependido del sector privado. Lo ve como como su gallina productora. Hoy,
más que nunca, lo exprime a cuenta de tributos, desde el fisco nacional,
pasando por el municipal y terminando con la parafiscalidad. El Estado posee
una visión cortoplacista, común de instituciones en decadencia. No le importa
la subsistencia del ya moribundo parque industrial que trabaja a menos de un
20% de su capacidad instalada. Si a lo anterior se le agrega la impertinencia
de recurrir a importaciones indiscriminadas, en detrimento de la producción
interna, concluimos que esto es la perfecta bomba de tiempo”.
Los empresarios se muestran dados a proveer
propuestas y soluciones, Ana Isabel Taboada me indica que un paquete de medidas
orientadas a hacer frente a la crisis deberían incluir “Aumentar el número de
contribuyentes formalizando a los informales, eliminar o reducir el cobro de
impuestos a las transacciones financieras, suspender cobro de impuestos
parafiscales (LOCTI, FONACIT, BANAVIH, INCES), suprimir las retenciones del 75%
del IVA que afectan a los contribuyentes especiales, incentivar y promover las
exportaciones y el aumento de la producción interna”. Por su parte, Leoncio
Landaez comparte el criterio de Taboada y agrega “además deben derogarse normas
que hasta ahora no aplican para dinamizar el mercado pero que siguen vigentes
como amenaza a la producción como la inamovilidad laboral, la ley de precios
justos, el impuesto a las transacciones en divisas y a los grandes Patrimonios,
entre otros”.
Ese panorama que me describen los
dirigentes gremiales me hace temer un eventual proceso de desempleo masivo y
Leoncio Landaez me confirma mis temores, a su juicio, “Ya existe desempleo
masivo. Las estadísticas del INE solo abarcan la “ocupación”, que incluye a
toda persona ocupada al menos una hora a la semana, no necesariamente remunerada,
amas de casa, pasantes, informales… Es dramático lo que vive la fuerza laboral
venezolana. Ya el salario mínimo no es referencia, ni si quiera para recordar
su monto, todo esto redunda en temas sociales críticos como la inseguridad
personal, la prostitución, explotación infantil y la ya conocida, y a mi juicio
personal inducida, diáspora”.
Jonatan Aldana agregó “mientras los
salarios mínimos no se establezcan por el consenso del tripartismo estos nunca
responderán al logro de niveles remunerativos reales en términos económicos, es
decir, que contengan el suficiente poder de compra para poder tener acceso a la
satisfacción de las necesidades básicas de los trabajadores. En Carabobo hemos
realizado reuniones de los sectores
empresariales con los representantes de las organizaciones de los trabajadores
y estamos dispuestos a promover el bipartismo, a falta de tripartismo, hasta
que las condiciones en el país cambien y podamos llegar a conclusiones
favorables para todos”.
Les comenté que algunas personas creen que
la aprobación de la ley antibloqueo puede ser el inicio de una chinización, es
decir, una apertura económica al sector privado pero el mantenimiento de una
estructura de poder autoritaria. ¿Es posible creer que existe alguna
compatibilidad entre prosperidad económica y la ausencia de democracia? Leoncio
Landaez fue claro al decirme “No, toda prosperidad proviene de las libertades y
del Estado de Derecho, conceptos fundamentales en toda democracia. Lo adecuado
es que, a pesar de su natural antagonismo, se logre el diálogo social, el
tripartismo. Algo que no vemos en Venezuela desde 1997 con la reforma de la LOT”.
Sobre este aspecto Jonatan Aldana apuntó “nos
tememos que este instrumento solo sirva para fortalecer más la conducta
totalitaria de quienes ejercen el poder. Todo parece indicar que esa ley no va
a aportar beneficios para la mayoría del país, pues tiene muchas brechas y
aspectos opacos, que crean incertidumbre sobre el destino de las empresas y
activos que fueron expropiados y que supuestamente van a ser devueltos a sus
legítimos dueños”
Apartando un poco la conversación sobre
nuestras dificultades inmediatas a lo interno de Venezuela, se hace evidente
que el resto del mundo se encuentra embarcado, pese a la crisis pandémica, en
un dinamismo impresionante de innovaciones: el teletrabajo, la industria 4.0,
la economía circular son algunos de los debates globales, ¿Fedecámaras tiene
una opinión sobre esos temas que a veces parecen alejadas de nuestra precaria
realidad? Jonatan Aldana reflexionó “El teletrabajo de alguna forma ya estaba
tímidamente establecido en algunas instancias, no obstante, la pandemia ha
obligado a practicarlo de manera extensiva y se va a quedar como una modalidad
a ser practicada, pero yo creo que nunca va a sustituir ese trabajo presencial
del día a día, a nivel gerencial y optativo, tiene mayor efectividad. El
teletrabajo tiene sus ventajas y desventajas, pero se utilizará en la medida de
lo necesario. En lo relativo a la industria 4.0 es evidente que nos enfrentamos
a nuevas formas de producir muy distintas a las ya conocidas, donde prevalecerá
procesos basados en altas tecnologías y la utilización de energías limpias, de
acuerdo a la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo (ODS) de las Naciones
Unidas. Se viene la implantación de procesos en función de la preservación del
ambiente, con postulados como la economía circular y la economía naranja, la
idea es establecer hojas de ruta y la aplicación de las mejores prácticas, para
el logro de esos objetivos. En Fedecámaras Carabobo estaremos muy pronto
abundando en esta materia”
Escuchar a un empresariado tan comprometido
con su país es motivante. Es una verdadera lastima que este tipo de discusiones
no estén al alcance de un público amplio y masivo de modo que la ciudadanía
tenga un criterio mejor formado sobre nuestra realidad económica. Hay algunos
datos que extraigo como moraleja de está interesante conversación, 1) El
desafío de la crisis humanitaria compleja solo puede abordarse efectivamente
con consensos fundamentales que incluyan a las empresas, el gobierno y los
trabajadores 2) Las autoridades gubernamentales tienen poco o nulo interés en
escuchar al empresariado y tal sordera les impide crear fortaleza institucional
y confianza y 3) Si la crisis económica no es enfrentada con éxito, el
desempleo masivo empeorará las condiciones de vida de muchos ciudadanos que
serán empujados a la pobreza y a la exclusión. No podemos seguir mirando a otro
lado, sin empresas no hay trabajos, ni tributos, sin la empresa privada solo
seremos una larga fila de millones de personas esperando la limosna que el
poderoso de turno nos desee dar. Gracias a los empresarios, “¡qué las
Santamarías sigan arriba!
Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica
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