martes, 16 de marzo de 2021

“Un Mar de Aguas Turbulentas”

 

La mayoría de los reportajes y columnas de los más versados, al igual que los comentarios de la gente de a pie parecen coincidir en algo, la crisis en Venezuela se agrava, se agudiza con el paso de las horas; ya estamos prácticamente entrando a la segunda quincena del mes de Marzo, con un gobierno que no hace otra cosa que mentir e inventar para sobrevivir,  cuando finalmente parece haber un nuevo escenario, resulta que no se logra ningún tipo de cambio que se refleje en mejoras para la población, por el contrario las deteriora más. 

Mucho tiene que ver quizás la parada obligatoria que llevan a cabo muchas empresas y comercios en razón de las medidas que el régimen toma a causa del Coronavirus, que uno ya no sabe si dichas acciones son realmente efectivas, pues parecen obedecer al antojo del lado de la cama por dónde se levante Nicolás cada lunes, porque de científicas no tienen nada las imposiciones de semanas radicales o flexibles respecto a la crisis que se vive.

Lo que si sucede y no tiene freno, son las consecuencias de esas decisiones, pues a causa de las bajas en el sistema de distribución de productos de bienes de consumo, se ven afectados todos los servicios, en especial lo que tiene que ver con el ramo alimenticio cuyo reflejo es el aumento desproporcionado de los mismos; vale decir que con la situación económica actual, acumulada durante el año 2020, definitivamente se siente aún más; se siente en el bolsillo de cada padre o madre de familia, se siente en el ambiente, se siente en la inseguridad que aumenta en todos los niveles y todo se interconecta por el factor común, el alto costo de la vida.

Definitivamente, en estos momentos estamos en una etapa de transición hacia un nuevo balance de poder a nivel mundial y nuestro país no escapa de eso, en Venezuela nos encontramos en un momento, en el que los factores que hacen vida en la sociedad venezolana deben y tienen que respetar las normas y leyes establecidas, sobre todo la constitución, la cual nos rige desde 1999; tristemente desde el mismo mal gobierno la pisotean a cada momento, muchas veces desatendiendo los fenómenos económicos que impactan directamente en la población e indudablemente también son en la mayoría de los casos históricos y determinantes.

Se trata, aunque suene alocado, simplemente de buscar reactivar un aparato productivo muy deteriorado por las malas medidas tomadas en la materia, aunque de un lado digan lo contrario, se deben tratar de implementar acciones conjuntas entre el sector público y privado, para que así se sientan los cambios reales.

Venezuela siendo un país que depende de la denominada renta del petróleo, la significación de lo que esto simboliza para la vida económica del venezolano es muy alta, no hace falta más que analizar el impacto que causa en el día a día de todos, el desplome de los precios internacionales del barril y por ende de la cesta petrolera, para darse cuenta de lo mucho que dependemos de ese sector.

Ante estas circunstancias, se hace necesario y decisivo el que se tomen acciones en lo político que se traduzcan en beneficios a corto y mediano plazo para la sociedad, para toda la sociedad, porque ya es más que claro que sin distingo de clases, colores o afiliación política, es la gente, el pueblo en su conjunto el que está sufriendo la peor crisis que ha vivido Venezuela en muchos años.

Una pronta reactivación de las empresas, la nivelación entre la importación y la producción nacional, una buena y efectiva distribución de la renta petrolera, el control de la inflación, la mejora del poder adquisitivo y muchas otras medidas a tomar harán que el barco llegue a buen puerto.

Todos los venezolanos, quienes aún están en Venezuela y los que estamos en el exilio, sabemos que estamos en un mar de aguas turbulentas, pero con mucha fe y positivismo hemos puesto nuestras esperanzas y deseos en un barco llamado “Cambio”, que aunque parece que por momentos se hunde, la obligación que muchos tenemos, es la de garantizar que ese barco no naufrague y que una vez salga de la tormenta, continúe navegando hacia horizontes y destinos de desarrollo y progreso, unidos todos podemos lograrlo, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.

@raguilera68/@AnalisisPE

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