jueves, 25 de marzo de 2021

María Corina Machado y el premio Andrei Sájarov

 

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Por El Nacional -March 25, 2021




Hemos recibido con beneplácito la noticia de que la destacada dirigente política María Corina Machado ha sido postulada al premio Andrei Sájarov de Derechos Humanos, en unión de la también luchadora política democrática y expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez. Como es sabido, Sájarov fue un notable científico nuclear soviético, quien en la etapa final de su vida se dedicó a la causa de la libertad frente al comunismo, siendo laureado con el Premio Nobel de la Paz en 1975.

En nuestros días, el premio Andrei Sájarov, orientado a promover la libertad de pensamiento en todo el mundo, es el mayor galardón otorgado por el Parlamento Europeo como homenaje a personas y organizaciones cuya contribución a la defensa de la democracia les distingue y acredita como merecedoras de tan especial reconocimiento.

En esta oportunidad, las postulaciones han sido realizadas por Berta Soler Fernández, representante de las Damas de Blanco en Cuba y ganadora del premio Sájarov en 2005, y Guillermo “Coco” Fariñas Hernández, luchador por los derechos democráticos en su país y a su vez merecedor del mismo reconocimiento en el año 2010. El hecho de haber sido nominadas por estos esforzados combatientes cubanos por la libertad, concede desde luego un particular significado a la reciente candidatura de Machado y Áñez, en vista de que tanto Venezuela como Bolivia se encuentran sometidas a los embates de la tiranía castrocomunista y sus aliados internos e internacionales.

En su escrito de postulación, enviado a los responsables europeos del premio, Berta Soler Fernández y Guillermo Fariñas Hernández se expresaron sobre María Corina con palabras que ahora nos permitimos reproducir: “María Corina Machado… ha luchado incansablemente por la democracia de su país, a pesar del voto de sus colegas legisladores para privarla de inmunidad y acusarla de traición. Aun cuando ha enfrentado ataques directos y agresiones físicas, la señora Machado ha sostenido la firmeza de su lucha contra un Estado autoritario, cargado de represión política, encarcelamiento y tortura de opositores, que claramente se asemeja a las dictaduras más oscuras y destructivas del hemisferio. La señora Machado está determinada a asumir el sacrificio que implican sus convicciones, pero debemos difundir su difícil situación, al tiempo que demandamos el restablecimiento de la democracia en su tierra natal. Al concederle este reconocimiento estaríamos además protegiéndola y otorgando más visibilidad a la causa de esta valiente mujer”.

Términos semejantes fueron con justicia utilizados por los postulantes para sustentar la nominación de Jeanine Áñez, hoy victimizada bajo la arremetida opresora del Foro de Sao Paulo en su país.

Sería mezquino e indigno menoscabar la trayectoria y logros de María Corina, más allá de cualquier diferencia de criterio circunstancial que pueda surgir en el ámbito de la oposición democrática venezolana. Lo que nos une en la lucha contra la dictadura madurista es mucho más amplio y sólido que lo que pueda coyunturalmente distanciarnos. Las divergencias tácticas tendrán eventualmente que confluir en un sendero estratégico común, basado en un combate consistente y perseverante. Y estas últimas, la consistencia y la perseverancia, son, entre otras, cualidades que han sellado a lo largo del tiempo la lucha democrática de María Corina. Reivindicamos también su probada coherencia en la caracterización del régimen como una dictadura, como un despotismo que combina rasgos mafiosos con una ideología y una práctica totalitarias. De igual modo señalamos su honestidad, que le ha ganado el respeto de muchos dentro y fuera de Venezuela, así como su indudable coraje en la defensa de sus principios.

Por todo ello y más, nos regocija y enorgullece que María Corina Machado, una valiente mujer venezolana que tanto ha entregado y sigue ofreciendo a la lucha por nuestra libertad, reciba el honor de la postulación al premio Sájarov, una nominación que en sí misma adquiere rango simbólico, una jerarquía que con seguridad fortalece su compromiso y el de todos los que la estimamos y respetamos.



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