jueves, 18 de marzo de 2021

Breve y oscilante recuento del trastorno maníaco-depresivo electoral de la oposición

 


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Yvke Mundial /Clodovaldo Hernández
Foto: La Iguana

En diciembre, un diminuto dirigente opositor sentenciaba que votar en las elecciones parlamentarias equivalía a un crimen de lesa humanidad y que, básicamente, no servía para nada porque “en dictadura el voto no vale”. Ahora, un par de meses más tarde lo hemos visto, por recorrer calles (en claro offside) pidiendo votos para una elección que aún no ha sido convocada oficialmente. No es un caso único. Otros fervientes caudillos del abstencionismo también se han cambiado los cables. Al parecer se levantaron un día, se lavaron bien la cara y se declararon partidarios militantes del voto como fórmula infalible para salir del rrrégimen. 

Da un poco de risa, claro, como tantos otros detalles de la fauna opositora, pero no sorprende porque la dirigencia de estas corrientes ha cambiado su postura muchas veces respecto a este tema en los 22 años que lleva tratando de retomar el poder político.  

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