lunes, 9 de noviembre de 2020

TRUMP NOS DIJO QUE ÉL NO ACEPTARÍA UNA DERROTA.

 

GUSTAVO CORONEL: 

En mi blog hoy domingo

DONALD TRUMP NOS DIJO QUE ÉL NO ACEPTARÍA UNA DERROTA

por: Gustavo Coronel

 Durante la campaña presidencial que está culminando con el triunfo de Joseph Biden el presidente en ejercicio, Donald Trump, afirmó de manera reiterada que – de serle desfavorable –  él no concedería  y denunciaba una y otra vez – sin pruebas –  la intención de los opositores de cometer un gran fraude electoral. Durante los escrutinios, cuando parecía tomar ventaja, la misma noche de las elecciones, pidió “suspender el conteo de los votos” en los varios estados donde llevaba alguna ventaja. ¿Por qué razón? Nunca lo dijo al país. Ello fue criticado hasta por sus propios partidarios en el gobierno, incluyendo gobernadores republicanos, ver:

En este momento, cuando miembros importantes de su propio partido, incluyendo el liderazgo del senado –  se desvinculan de sus acusaciones de fraude electoral, cuando su principal aliada en la televisión, Fox News, acepta el triunfo de Biden y cuando el mundo contempla – estupefacto – la rabieta adolescente de Donald Trump, luce evidente que el presidente saliente carece de la estabilidad emocional necesaria para ser jefe de estado, mucho menos de un país tan importante como los Estados Unidos y que su salida parece estar justificada.  

Sin embargo, no es posible ocultar la magnitud de la tragedia estadounidense. 70,3 millones de votantes dieron su apoyo a Donald Trump, 74,4 millones apoyaron a Biden. El país está dividido y tomará mucho tiempo y paciencia restablecer la estabilidad espiritual de la nación, si es que algún día se logra. Como consecuencia de  esta trágica polarización hemos visto las actitudes más absurdas  por parte de los votantes y las más censurables exhibiciones de indecencia política por parte del liderazgo político. 

La tónica del clima de la nación es poderosamente moldeada por el presidente, por el líder de la nación, quien no solo debe ser presidente de quienes lo apoyan sino presidente de quienes lo adversan. La actitud del presidente frente a la victoria y frente a la derrota da la medida de su grandeza o de su pequeñez. Sobre el comportamiento del hombre frente a su circunstancia se han escrito toneladas, incluyendo el poema “Sí” de Ruydard Kipling: “Si puedes enfrentar el triunfo y el desastre/ y tratar los dos impostores de la misma manera….”.

 El presidente  Donald Trump  no ha sido capaz de enfrentarse  a la derrota con grandeza, con sindéresis, con gracia y decencia. No estuvo  psicológicamente preparado para la derrota porque era imposible para él imaginarse la derrota. Trump  es un narcisista que piensa que su gratificación es lo más importante y que sus deseos deben prevalecer por sobre todo.

La tragedia estadounidense consiste, precisamente, en que hay 70 millones que le dieron apoyo a un hombre que no ha sido capaz de elevarse por sobre sus deseos egoístas y que se está preparando, con incierto apoyo legal y político  para una guerra de potencial exterminio moral y físico para la nación,  antes de conceder que ha sido derrotado.

Eso es lo que el populismo en el poder le hace a las naciones. Esto que está pasando en USA nos trae ecos de Chávez quien decía  “Yo soy el único que puede gobernar a Venezuela”. “Yo soy el pueblo”. Cuando perdió el referendo, pues hizo otro. Pero Chávez tenía las armas a su lado. En USA no hemos visto un solo soldado en las calles.

No creemos que Estados Unidos, la nación que expulsó a Nixon, que enjuició a Clinton, se comporte hoy como una república bananera.
Publicado por Gustavo Coronel en  5:20

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