jueves, 26 de noviembre de 2020

NO al 6D, SÍ a la Consulta Popular

 El Editorial


El contraste entre ambos eventos del próximo mes de diciembre es que las fraudulentas elecciones parlamentarias del 6D se realizan al margen de la Constitución, mientras la Consulta Popular que se realizará del 5 al 12 de diciembre está apegada a la letra de nuestra Carta Magna.

Las elecciones del 6D se han armado con base a una violación contínua de todas las normas legales vigentes, desde que no se designó al CNE conforme a lo que señala el texto constitucional, sino que se hizo vía TSJ, lo cual tampoco es legítimo; violando las leyes electorales se agregaron 100 nuevos diputados y se modificaó la manera como se realizarán las elecciones en el estado Amazonas y, por si eso no fuese suficiente, fueron confiscados los símbolos de los principales partidos democráticos, designando a dedo sus nuevas autoridades.

En cambio la Consulta Popular es producto de un largo trabajo de la sociedad civil tachirense, que durante dos años estudió a fondo el tema basándose en el artículo 70 de la Constitución vigente, de donde salió una propuesta que es a la vez electoral, constitucional y vinculante, y que acogida y apoyada por la legítima AN.

El 6D es un ardid de Maduro para legitimar la ilegítima “Ley Constitucional Antibloqueo”, con un parlamento “pret a porter” y que en realidad debería ser denominada “Ley pro blanqueo”, porque el propósito que tiene ese engendro pseudo jurídico es transferir los activos de la República a terceros sin que exista ningún control de la AN y mucho menos de conocimiento del público, porque todo el procedimiento estará amparado por el secreto de estado.

La Consulta Popular es un mecanismo para movilizar a la población y demostrar, tanto dentro de nuestro país como ante la comunidad internacional, que la inmensa mayoría de los venezolanos no quiere que Maduro siga en el poder, y que no están de acuerdo con la farsa del 6D y que queremos que el mundo nos ayude a resolver la crisis humanitaria que literalmente está acabando con nosotros.

En fin, se trata de dos caras de una moneda, una falsificada y la otra legítima.

Está en manos del pueblo venezolano decirle NO a la dictadura y SI a una verdadera democracia.

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