OPINIÓN Reinaldo Aguilera:
Nos
encontramos ya en la recta final de un año horrible para muchos, en estas
fechas parece que en definitiva llegamos al final de un juego tenebroso del
destino, una especie de callejón sin salida, la gente buscando sobrevivir,
tratando de lograr algo de alegría en nuestra Venezuela, sin embargo, a pesar
de los esfuerzos, el régimen Chavista sigue implementando sus políticas piratas
de ensayo y error para ver si sale del hueco dónde metió al país, cosa que
parece imposible por ahora.
Las
noticias diarias no tienen nada de positivas, por dónde se miren son en un 99%
negativas para todos, lo que incluye sin dudas hasta a los más fervientes
seguidores del gobierno, que se quejan por los perniles podridos que les
envían, de verdad uno ya no sabe qué pensar de esa gente.
Ya
es una costumbre observar cómo los “Chavistas/Maduristas” se dirigen
directamente a Nicolás por las redes sociales, diciéndole lo mal que la están
pasando, lloriquean por los constantes engaños y aun así el mal gobierno
simplemente se ríe y sigue en su estrategia de destrucción a todo nivel.
Con
el manejo de la emergencia respecto al Coronavirus, la historia es la misma, en
unos días tan importantes para los venezolanos muchos se encuentran
sencillamente atrapados por no poder ir a estar con sus seres queridos, el
asunto de la cuarentena se maneja a pleno antojo del régimen, otros andan en la
calle como si nada.
Toda
gira entre otras cosas entorno a los altos costos del transporte y no se diga
del asunto con los vuelos nacionales e internacionales; no hay transporte
confiable y los pocos que se consiguen no son accesibles para la mayoría, por
no tener un salario que les alcance, esa es la realidad de la navidad 2020.
Con
una verdad tan grande como el Sol mismo, por otra parte, están los millones que
desde lejos observamos el desastre, añorando estar junto a los nuestros,
pensando en el día en el que todo acabe y estemos con nuestros seres queridos,
amigos y conocidos, ése es otro aspecto humano y sumamente importante que casi
nadie menciona.
Vienen a mi mente fragmentos de la canción “Venezuela”,
letra y música de Pablo Herrero Ibarz, junto a Don José Luis Armenteros,
pensando en el desierto de Falcón, mis selvas de Guayana, en la nieve de Mérida,
y cómo se me arruga el corazón al recordar esa última mirada que di antes de
que el avión girara frente al mar en la Guaira, definitivamente llevo aún el
horizonte en mis ojos, como dice la canción.
Por
el momento nos toca, como dice mi querida Maryorie allá en Santa Mónica:
“Rezar, esperar y no preocuparse”, Dios siempre está de nuestro lado y nos
acompaña; también debemos intentar buscar un punto de equilibrio, en medio de
todo lo que sucede y ver lo positivo que tan amarga experiencia nos pueda
dejar, del mismo modo sacar algún aprendizaje de todo lo que estamos viviendo.
Aprovecho
esta columna antes de Noche Buena, para dar las gracias a “TODOS” quienes hacen
posible que continuemos escribiendo, a mis fieles lectores que saben quiénes
son y de manera especial a los que tan amablemente publican las cosas que
escribo semanalmente y al equipo que les acompaña, mi efecto y agradecimiento
siempre, quisiera mencionar a cada uno, pero no hace falta, pues sé que ustedes
reciben mi mensaje, así de simple y sencillo.
¡Y si un día tengo que naufragar
Y el tifón rompe mis velas
Enterrad mi cuerpo cerca del mar
En Venezuela!
¡Feliz Navidad 2020 en Familia!!!!
Reinaldo J. Aguilera R.
@raguilera68/@AnalisisPE
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