OPINIÓN. -
Reinaldo Aguilera R:
Al mejor estilo del
salvaje oeste y de la ley del más fuerte, un nuevo enfrentamiento se presentó en la Cota 905, ocurrió el
pasado jueves en horas de la tarde, el tiroteo entre bandas criminales y las
autoridades fue intenso y prolongado, dichas bandas operan en la zona desde
hace ya bastante tiempo y es conocida como el refugio de uno de los
delincuentes más peligrosos del país, Carlos Luis Revette, alias “El Coqui”.
Cada vez son más frecuentes los intercambios de
balas entre las bandas que operan en la Cota 905 y que se disputan los
territorios a los cuales funcionarios de seguridad como la PNB, FAES y de la propia
GNB no tienen acceso.
En éste nuevo episodio de la marcada hostilidad
entre bandas criminales, quienes sufren las consecuencias son las personas que
no tienen nada que ver con ese sub mundo, los vecinos de partes tan apartadas
como El Paraíso a quienes las balas perdidas les llegan a sus casas o
apartamentos, causando terror por decir lo menos.
La ya famosa banda criminal de “El Coqui”, ha
protagonizado enfrentamientos policiales, asaltos a comandancias de policía y
secuestros multimillonarios, que le han dado más poder a la organización
delictiva que conforman más de 200 malhechores, que están armados con fusiles
de guerra, pero el evento de hace pocos días se generó a causa de una emboscada
y secuestro de 4 policías por parte de la banda y la respectiva operación de
las autoridades para el rescate de los mismos.
Lo impactante es que el asunto ya se ha vuelto
costumbre, recordemos que apenas el 11 de enero se conoció que al menos 23
muertos se contabilizaron durante el enfrentamiento entre las Fuerzas de
Acciones Especiales (FAES) y Unidades Operativas Tácticas Especiales (UOTE) en
La Vega, acto efectuado contra delincuentes en el sector y que presuntamente son
identificados como aliados de “El Coqui”; este hecho tan reciente está siendo
investigado.
Es muy preocupante, que la Cota 905 al igual
que múltiples partes del territorio nacional, son “Zonas de Paz” prácticamente
cedidas por el régimen de Chávez y ahora de Maduro, según para que los
delincuentes no cometan fechorías y resulta que ahora son los estados dentro
del estado, en los cuales ninguna autoridad o cuerpo de seguridad pueden
ejercer funciones, ya que son controladas como en nuestro caso por un jefe
mayor pero delincuente, un jefe de banda como las del viejo oeste.
Cabe
destacar que además
de los vaqueros honorables, el “Lejano Oeste” estuvo protagonizado también por
temibles pistoleros, hombres sin escrúpulos que se dedicaban a crímenes como el
robo y el asesinato, como ven nada diferente a lo que les venimos explicando
que ocurre en la Caracas del 2021.
Uno de
esos criminales famosos del Viejo Oeste fue “Billy the Kid”, apodo que se ganó William
Henry McCarthy, joven de origen irlandés, nacido en 1859, Billy participó en la
guerra que se desató en el condado dónde vivía matando al sheriff, por lo que fue condenado a muerte; sin embargo,
logró eludir el ahorcamiento con una espectacular fuga de la prisión y es entonces
cuando organizó su propia banda llamada “The Rustlers” (los Cuatreros).
El sheriff del
condado de Lincoln, Pat Garrett, se propuso capturar
a Billy y
no paró hasta apresarlo, fue otra vez condenado a muerte e increíblemente de
nuevo “El Niño” volvió
a escaparse de la prisión, sus fechorías y las historias de sus fugas
construyeron su leyenda, sin embargo, Garrett no se rindió y le persiguió hasta
matarlo de unos disparos, parece ser siempre el fin de los delincuentes que no
se rinden.
Volviendo a nuestra
realidad, resulta muy controversial que sea el propio régimen, es decir el
Chavismo quien en definitiva haya armado a los barrios y zonas populares en defensa
de la revolución y que hoy esos “defensores” sean poderosas bandas delictivas
que controlan y se enfrentan con armas de guerra a la policía para no permitir
el ingreso a sus zonas, una cosa de locos definitivamente.
La
situación ya hace que internacionalmente nos vean como un país totalmente
anárquico si rumbo, el asunto de la Cota 905 es solo un ejemplo de lo que pasa
en diferentes partes del país, lo más lamentable es cómo afecta cada hecho y la
nefasta repercusión en la vida
cotidiana de los ciudadanos de bien.
La intensidad de los acontecimientos pasa en cuestión
de horas por picos de violencia y tensión sin apenas precedentes con la
ciudadanía en medio de todo, Venezuela tiene ya una historia reciente de
agitación constante, pasando por baches que parecen establecer una rutina nada
saludable.
Pareciera que en este momento nos encontramos en un
punto muerto, que la esperanza se ha ido, pero debe ser lo último que perdamos,
es obligante para todos los que estamos de alguna u otra manera comprometidos
con el futuro de nuestra Venezuela, buscar estrategias ciertas de resolución de
conflictos, para lograr el rescate del bienestar y la prosperidad social, así
de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R.
@raguilera68/@AnalisisPE
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