No es una exageración. Tampoco se trata de un invento. Los trabajadores de la salud piden a gritos ayuda para ellos mismos y para los pacientes. Eso es lo que no quiere entender el régimen, que si los médicos, las enfermeras y los obreros de los hospitales estuvieran bien, eso redundaría en beneficios para la población.

Lo único que se les pide es que dejen de meterse unos cuantos millones al bolsillo y los destinen para sueldos y salarios de este personal fundamental que lo que al fin y al cabo quiere son los insumos para poder seguir salvando vidas.

Es muy difícil para ellos separarse de su labor, pues saben que de su trabajo depende la vida de muchos. Pero poco pueden hacer porque desde hace años los hospitales y demás centros de salud están desabastecidos. Están cansados de denunciar que trabajan con las uñas, y la pandemia ha puesto las cosas peor.

Ya se sabe que al régimen no le importa cómo el covid-19 ha afectado a los trabajadores de la salud, porque ni siquiera los incluyen en las estadísticas. Pero son muchos los que han perdido la vida porque no cuentan con la protección debida para realizar su trabajo. La repartición suficiente y adecuada de estos implementos de bioseguridad es responsabilidad del ministerio y de las dependencias que se supone que se ocupan del sector.

Así como no les importa el cuidado que deben tener médicos y enfermeras por la pandemia, mucho menos les interesa ni siquiera reconocer que el sueldo que ganan no les alcanza ni para comprar una mascarilla. A veces no cuentan con dinero ni para el pasaje y por eso se redoblan y duermen en los sitios de trabajo.

Son muchas las enfermeras que se desmayan de hambre en los centros de salud porque no hay servicio de comida ni para el personal ni para los pacientes. Y con todo eso, cuando se deciden a salir a las calles a protestar, lo hacen pensando en los enfermos y reclaman insumos para poder trabajar.

Pero ya va siendo hora de que el régimen entienda que el invento de los médicos cubanos no ha traído nada bueno para los venezolanos y que tiene que hacer un esfuerzo para pagarles un buen sueldo a los que diariamente arriesgan su vida para salvar la de los demás. Aunque sea para disimular y que la gente crea que les importa la salud del venezolano.

Médicos, enfermeras y obreros llevan años sorteando una crisis y debatiéndose entre la vida y la muerte. Por eso hay que reconocerlos como héroes, porque han puesto el interés de los demás por sobre el de ellos mismos. Es hora de que reciban el apoyo de todos los que han contado con su mano y su sapiencia para recuperar la vida.