OPINIÓN
Reinaldo Aguilera:
La historia de Venezuela, luego de años de
sufrimiento para muchos, consiguió sus bases en el llamado sistema de Punto
Fijo, con ese pacto se pudo organizar el país luego que terminó la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez en 1958, se fundamentó prácticamente en dos partidos
políticos, Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política
Electoral Independiente (Copei), quienes se alternaban en el poder sin ser
capaces de resolver según algunos analistas, los problemas del país; sin
embargo aún con los problemas existentes la nación se enrumbó y hubo una
prosperidad añorada por millones de ciudadanos hoy en día.
En aquellos
tiempos, específicamente en el quinquenio (1974-1979) y también durante la
campaña que lo llevó de nuevo a la presidencia en 1989, quién figuró fue el
presidente Carlos
Andrés Pérez, del partido socialdemócrata AD, la diferencia se
presentó por que en su segundo mandato, Pérez puso en marcha medidas de ajuste, las cuales
fueron acordadas con el Fondo
Monetario Internacional, las medidas se tenían que tomar
a cambio de un crédito, para que Venezuela pudiera hacer frente a su abultada
deuda externa acumulada y sanear una economía en franco deterioro por la caída
de los precios del petróleo en los mercados internacionales, en aquel momento
esos mecanismos fueron duramente criticados, pero hoy se dice que de haberlas
dejado y ejecutado, hubieran transformado al país sin duda.
En aquel entonces como ahora, Venezuela
dependía de sus exportaciones de crudo, la diferencia entre otras cosas radica,
en que la industria comandada por la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA)
tenía real capacidad de acción, reconocimiento y solvencia internacional, hoy con
la destrucción y el mal manejo de la empresa lamentablemente no es así.
Pues bien, con un escenario muy desfavorable
y repito, pero con una Venezuela y sus ciudadanos medianamente bien, la mesa quedó servida para que la situación en 1998
(año de las elecciones presidenciales) se dibujaran como un auténtico desastre
y los estrategas presentaron como una alternativa a los dos partidos
tradicionales antes mencionados, a un hombre, que se pintó así mismo, como un
salvador en medio de ese desastre, porque los venezolanos ya no creían en nadie
de los partidos políticos tradicionales, tristemente en este momento en pleno
2021 parece que esa tendencia continúa, es decir no creen en nadie.
Lo cierto es que muy pocos
se dieron cuenta de que peor sería el remedio que la enfermedad a la hora de
elegir a Hugo Chávez como Presidente de la República; veintitrés (23) años después, tanto el
sector petrolero, como el cultural y prácticamente todos se encuentran
destruidos, irónicamente los años en los que el Chavismo ha gobernado, la
entrada de divisas al país ha sido la más cuantiosa de la historia, pero en
paralelo se le suma la más grande corrupción y robo a la nación que la era
contemporánea haya conocido.
Salvando las distancias y a manera de
comparación podemos decir que en la década de 1970, sobre todo en el primer
gobierno de Pérez, Venezuela se había beneficiado de un boom petrolero que permitió un cuantioso gasto
social, múltiples cosas se hicieron y se hicieron con la mentalidad de que
perduraran en el tiempo; aquella Venezuela de la
que muchos hablamos ya en un pasado remoto, se transformó el país y pasó a un modo
característicamente moderno, pues la acción estatal creó una institucionalidad
cultural democrática que daría como en efecto sucedió, exponentes musicales, artísticos
de talla internacional, sin olvidar el aspecto académico, se sentaron las bases
del sector cultural, reconocido hoy a través del Sistema de Orquestas y Coros Infantiles
y Juveniles de Venezuela, al igual que el programa de
becas Gran
Mariscal de Ayacucho, por ejemplo.
La verdad es que a punta de regalar dólares Hugo
Chávez logró maniobrar; siendo Chávez la real enfermedad, fue penetrando todo
lo que pudo, hasta llegar a la propia vida de todos, pero no es hasta el 2013 cuando al sucederle Nicolás Maduro, que ese cáncer se volvió prácticamente metástasis y
salieron a la luz los graves errores de políticas fundadas en esos petrodólares.
En los años de revolución,
la institucionalidad estatal perdió autonomía frente al gobierno (Poder
Ejecutivo), los logros diseñados por insignes venezolanos y sus políticas
exitosas se relegaron, artistas, escritores, políticos y
pensadores críticos, serían cuestionados por el régimen revolucionario,
al igual que todo aquel que pensara distinto en cualquier otro escenario a
parte del cultural, volviéndose un delito el emitir opiniones políticas
distintas a la línea del régimen.
Es así como la Venezuela símbolo
de Suramérica en cuanto a valores democráticos se refiere, se transformó en un
país que para este momento mantiene una crisis que no ve salida, cuyo éxodo de
ciudadanos está por superar al de Siria, que genera alertas de todo tipo para
con los países del continente como Chile, Ecuador, Colombia o Perú, una nación
cuya economía se encuentra dolarizada de facto, en el que los servicios
públicos no funcionan, las fallas eléctricas son constantes, la delincuencia de
todo tipo va en crecimiento y que en conjunto todo pareciera no tener fin.
El Chavismo y su revolución,
se beneficiaron en un momento determinado de un aumento del precio del petróleo
de alrededor de 1.000% desde la llegada de Hugo Chávez al poder, a inicios de
1999, imaginen lo que eso significa, Chávez y su entorno manejaban dos
presupuestos, con uno cubrían las necesidades del país y con el otro las suyas
propias, sin embargo hoy Venezuela está como está; pero en éste momento podemos
afirmar, es que ese “Estado Mágico” llegó a su fin, es sin dudas evidente, no
solo dentro del país, también fuera de él, la crisis se está encargando de
desmontar la mentira.
Hoy con la pandemia del
Coronavirus a cuestas, el panorama de Venezuela luce desolador, luego de que
Chávez, quien recuerden murió en 2013 pasara la batuta a Maduro, queda claro
que el ciclo del Chavismo se cerró, pero aún no existe una plataforma real que
de una alternativa que cumpla con las expectativas que el colectivo requiere,
por lo que el Madurismo lucha por sobrevivir.
Aún con todas las
dificultades, tenemos como norte que enfocarnos en que necesitamos salir del
atolladero, el país entero lo reclama y necesita, es deber de quienes tienen el
“Control”, buscar y tomar las medidas verdaderas, amplias, claras y
transparentes para lograr esos objetivos, lo demás es y serán siempre escuetos
bla, bla, bla.
También se hace obligante
como siempre lo digo, que “TODOS” los ciudadanos, estemos en Venezuela o fuera
de ella, pongamos nuestro esfuerzo en el logro de los mejores cambios para
nuestra nación y podamos tener nuevamente un camino de progreso y prosperidad
para recorrerlo juntos, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R.
En Twitter:
@raguilera68 / @AnalisisPE
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