La magnitud de
la tragedia que nos ha tocado a millones de venezolanos a causa de la
persecución política y la violencia institucional gestionada desde el poder
corrupto del régimen actual en Venezuela, hace que en cada uno de nosotros
exista un micro país que viaja a cualquier parte a la que vayamos mientras nos
encontramos en el exilio forzado y no deseado.
Mucho de lo que
nos pasa y de lo que pasa en la Venezuela del 2020, nos lleva a recordar
aquella extraordinaria novela de Adriano González León, llamada “País
Portátil”, en la cual un hombre utiliza su memoria para poner a dialogar el presente con el
pasado, a través de los recuerdos en un ejercicio que le permitirá cuestionar
su vida y la crisis política de los años sesenta; la diferencia es que nosotros
estamos viviendo la crisis permanentemente y es nuestro presente no nuestro
pasado.
Entrando ya a los últimos 4 meses del año, en medio de una pandemia
Mundial sin precedentes en los últimos tiempos, con una enfermedad que hasta
ahora tiene según las estadísticas acumula más de 25,1 millones de casos y más
de 845.000 muertos en todo el mundo, la crisis Venezolana parece no tener fin,
mientras millones a excepción de unos pocos, luchamos por trabajar y
mantenernos en empleos que ni se parecen a los que desempeñamos en otros
tiempos, con el plus de tener que mantener de alguna manera a los pocos
familiares que no pudieron salir, padres, abuelos, hijos, situación difícil sin
duda.
Analizando en retrospectiva y teniendo en
puertas el final de un período histórico en lo que respecta a la Asamblea
Nacional, me refiero a el triunfo electoral de 2015, tenemos a una oposición
fracturada, que se encuentra en una delicada coyuntura, aun cuando ya ha
manifestado su no participación en el parapeto electoral del venidero 6D; por
un lado varios sectores piensan que acudir a la cita electoral sería lo más
prudente, políticamente hablando y así no perder el espacio en su totalidad,
otros sostenemos que las condiciones de todo el proceso electoral desde la
propia convocatoria, se encuentra viciado, se adelantan etapas del denominado
“Cronograma Electoral” sin cumplir con los extremos legales pertinentes y que
se hacen necesarios para que los resultados sean confiables, nada de eso está
presente en éste momento, lamentablemente.
Por lo pronto hasta el momento los apoyos
internacionales se mantienen, desde la Administración Trump en EE.UU, hasta la
Unión Europea, todos con Guaidó, el cual, aunque pareciera que la brújula se
encuentra perdida, se intenta lograr un acercamiento con otras fuerzas y
establecer una vía clara para avanzar en derribar a la tiranía Chavista que
hunde con el paso de las horas al país.
Mientras escribimos ésta columna, tenemos que, en una jugada imprevista para muchos, el Régimen
Venezolano indultó a decenas de dirigentes Opositores apresados o exiliados,
Entre ellos se encuentran Freddy Guevara, Mariela Magallanes, Freddy
Superlano, José Guerra, Tomas Guanipa, Carlos Lozano, Carlos Lozano, Juan
Andrés Mejía, Miguel Pizarro, Simón Calzadilla, Henry Ramos, Gilber Caro, Renzo
Prieto y Vasco Da Costa, la lista también incluye también a: Américo De
Grazia, Richard Blanco, Jorge Millán, José Guerra, Tomás Guanipa, Luis Stefanelli,
Carlos Paparoni, Aristimuño Miguel, José Marulanda, Rubén Darío Rojas, Arcas
Roldan Vicent José, Isabel Moncada, Moreno Nelly, Roberto Marrero, Toro Wilmer, José Daniel Hernández, Rafael Guzmán, Franco
Casella, Juan Pablo García, Winston Flores, Ramos Allup, Edgar Zambrano, Luis
Florido.
Sin lugar a dudas y en la línea de acción que venimos tratando, el
régimen Chavista busca desarticular aún más a la oposición intentando quizás
que más de algún nuevo indultado, se postule nuevamente a las cuestionadas
elecciones y así darle algo de legitimidad al proceso nefasto.
Lo cierto es que mientras en nuestra Venezuela las cosas se transforman
en horas y no en días, semanas o meses, todos los que no estamos allá somos un
país portátil, llevamos cada amanecer dentro de nosotros, una empanada, un
tequeño, un café con cachito de panadería, la vida misma, de una Venezuela que
nos necesita y a la que necesitamos regresar, así de simple y sencillo.
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