Esta semana tuve la oportunidad de visitar algunos centros de salud en Tocuyito. Al entrar a la Maternidad “María Ibarra”, al Cesade y a la Medicatura, pude conversar un momento con su personal y entre medias palabras, miradas nerviosas y la sensación de riesgo propia de ambientes laborales signados por el miedo, me informaron la triste realidad: el equipo de salud, camilleros, obreros, enfermeros y médicos no superan los 5 dólares de salario mensual. Es decir, con su salario pueden comprar, a duras penas, un kilo de harina, un kilo de queso y un cartón de huevos en un mes para ellos y sus familias.
Les pregunté si, dado que tienen tan bajos
salarios, había alguna compensación contractual que les permita gozar, por
ejemplo, de seguro médico, de servicios funerarios o algún otro beneficio y,
pues, nada más. En cualquier establecimiento comercial, una panadería, una
charcutería o tienda, cualquier trabajador puede ganar al menos 10 dólares
semanales (y aún son sueldos bajos) pero 3 dólares mensuales son un insulto a
la dignidad humana. El asunto es más dramático en medio de la crisis del
Coronavirus, cualquiera de nosotros podría caer enfermo y son ellos, los
miembros del equipo de salud, con sus tres dólares de salario, los que en caso
de emergencia nos podrían atender. ¿Cómo puedo pedir que su mente dedique su
total atención al paciente si seguramente estará pensando en qué comerá el o
ella y sus hijos hoy o mañana?. La Medicatura depende de Insalud, ¿el Gobernador
Rafael Lacava qué está haciendo para resolver está grave situación laboral?, El
Cesade depende de la Alcaldía del Municipio Libertador, ¿Qué está haciendo el
ciudadano alcalde Juan Perozo para resolver está situación?. Nada, no hay
respuesta. Otras son las prioridades, las “elecciones” son la prioridad.
La otra cara de la moneda es que Juan
Guaidó, al ser reconocido internacionalmente como presidente encargado, pudo
gestionar el uso de fondos congelados y sometidos a investigación global por su
uso para fines delictivos por parte de la dictadura para dirigirlos al programa
“Héroes de la Salud”. La idea es proporcionar una ayuda a cada profesional del
equipo de salud de 100 dólares mensuales para que, en medio de la crisis,
puedan seguir en la primera línea de defensa frente al Coronavirus. La
dictadura bloqueó el portal de registro, luego bloqueó la plataforma de pagos, después
bloqueó los VPN para acceder a los monederos digitales. Pese a eso, ya muchos
profesionales de la medicina lo están recibiendo, aunque, muchos otros, fueron
víctimas del bloqueo de la dictadura que no sirve para lavar, ni tampoco presta
la batea.
Una señora me dijo, en referencia a la
dictadura y su legión de cómplices, que “quizá se salven de la justicia del
hombre pero de la justicia divina no tienen escape”. Yo soy aún más optimista.
La justicia venezolana e internacional puede tardar, pero quienes le pagan 3
dólares mensuales a quienes tienen el trabajo de salvar vidas en medio de una
pandemia no pueden pasar lisos. Estos son delitos de lesa humanidad, que no
prescriben nunca, y que a pesar de que hoy andan en tremendas camionetas,
riendo, comiendo y bebiendo, felices en medio de este valle de lágrimas,
volteando el rostro frente al drama diario de la gente, verán en su momento que
la verdad, la justicia y la ley no son solo palabras, son realidades muy
concretas. Dársela de verdugos tiene consecuencias y ellos las conocerán.
Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica
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