17 julio, 2020
(Maturín. 17/07/2020) Corrían los días de la «Rebelión de abril» y a finales del mes de junio las calles aún estaban encendidas, en medio de una amenazante convocatoria constituyente que el régimen jugó para apaciguar a la gente que les puso el mundo de cabezas, a nada de su quiebre inminente, la juventud libertaria, los ciudadanos venezolanos cansados del asqueroso socialismo.
A pesar de que lo que nos llevó a las calles no fue la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, ilegítima en su integridad, desde cualquier ángulo no había vestigios para su legalidad y legitimidad, la dirigencia política, como pocas veces en dos décadas, se unificó para la convocatoria a una consulta popular que desconocería en su totalidad las acciones del régimen y emprendería una ruta definitiva para la liberación. Y así fue, se montó en menos de 15 días una maquinaria en todo el país y dónde estuviera un venezolano en cualquier ciudad del mundo; así pues, la convocatoria de Maduro generó el efecto contrario, los venezolanos seguían firme en las calles y ahora con un arma adicional a los cartones, un Plebiscito, y a la cabeza, María Corina Machado, el resto de la dirigencia y partidos prendieron empujados» y sin creen fielmente en lo que sería un evento apoteósico en Venezuela.
El Plebiscito del 16 de Julio, marca una nueva etapa en la lucha política ciudadana, más 7.6 millones de ciudadanos enfrentaron a Maduro y le dijeron «aquí no». Sí, Sí y Sí, así respondieron los venezolanos a las interrogantes que pretendían, el desconocimiento a la ANC ilegítima, la conformación de nuevos Poderes y el establecimiento de un Gobierno de Transición y Unidad Nacional, una gesta libertaria de lujo, aunque días después, manchada por la traición de una clase política a la que solo le importa el dinero y temen a la libertad, a la justicia. Al conocerse los resultados, de inmediato más de 50 países brindaron respaldo a Venezuela, ahí se comenzó a construir los aliados genuinos de la lucha libertaria venezolana, ya el mundo comenzó a ver al país con otros ojos, diciendo «ahí en Venezuela pasa algo más que un régimen autoritario».
El hecho es que sí, aunque parezca y suene pedante ante nuestra insistencia con el Plebiscito del 16 de Julio, ese evento es un punto y aparte en la política venezolana, el evento de rebeldía cívica más importante la Venezuela en 60 años, el artículo 350 de la constitución cobró vida ese día, en el que se marcó, en definitiva, una ruta de fuerza que nosotros, Vente Venezuela no hemos abandonado: 1) Deslegitimación total de la tiranía, 2) Quiebre del régimen, 3) Gobierno Transitorio de Unidad Nacional y 4) elecciones libres. Una ruta de fuerza a tres niveles: fuerza ciudadana, fuerza institucional y fuerza de la comunidad internacional.
El plebiscito fue traicionado, sí, pero no ha muerto morirá, de él nació la Fracción Parlamentaria 16 de Julio y la alianza Soy Venezuela. Ahí comenzaron a caer caretas, los primeros que cayeron fueron las de quienes aceptaron ir a elecciones convocadas por la ilegítima ANC, y no conforme con ello, se arrodillaron a ella por unas cuantas lochas de las arcas de la nación, y del narcotráfico. Venezuela veía atónita todo lo que pasaba, una vez más la traición, la corrupción y la ambición fueron impuestas.
Han pasado tres años de aquel majestuoso día y nuestros ideales siguen intactos, nuestra ruta de fuerza con un amplio respaldo, hoy resumida en lo que María Corina Machado define como la Operación de Paz y Estabilización (OPE), el plebiscito del 16 de Julio es un compromiso moral que tenemos con los venezolanos, no lo vamos nunca a traicionar porque fue el día que enrumbó políticamente a Vente Venezuela, de nosotros nunca esperen pactos de traición ni mentiras.
Rendimos homenaje hoy a los más de 7.6 millones de guerreros que con entusiasmo y esperanza se expresaron hace tres años atrás, y aunque parezca tedioso, quiero insistir en dos cosas: Falta poco, y solos no podemos.
@diliojose
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