jueves, 23 de julio de 2020

Caribe cerrado



Escrito por Williams Caballero | @wcaballerolopez

Jueves, 23 de Julio de 2020 00:17


Llevo la mayoría de mi vida relacionado con el negocio naviero, conociendo detalle a detalle la realidad de ese enorme Mar Caribe

que baña las costas venezolanas, y he observado como desde hace muchos años desde Miraflores se tejió una red de alianzas comerciales con las pequeñas naciones del Caribe, las cuáles hoy se vienen a pique.

La punta de lanza de esos pactos comerciales fue el llamado Caricom plataforma económica creada por Hugo Chávez, con un importante impacto geopolítico y diplomático que le permitió mantener dominado a un grupo fundamental de votos en la OEA, impidiéndose así, por muchos años, cualquier resolución en su contra.

Sin embargo, aquel tiempo que el petróleo venezolano navegaba por doquier llegó a su fin, ya las islas del Caribe disfrutaron de las bondades de un crudo a precio de gallina flaca y de paso fiado, ya recibieron el apoyo en la construcción de carreteras, hospitales, aeropuertos, plantas de gas y muchas cosas más que le quitaron a los venezolanos.

Ahora, el Caribe está cerrado para Nicolás Maduro. Y lo cerraron los gringos; la administración de Donald Trump emprendió un lobby diplomático y de presión internacional que hizo que las naciones del Caribe le hicieran el "fó" a Miraflores y reevaluaran sus prioridades entre Caracas y Washington.

Las repúblicas del Caribe ya no compran petróleo venezolano, ya han marcado distancia y se han reagrupado, quieren lavarse la cara y sus manos para no verse involucrados con lo que acontece en Venezuela.

A tal punto han llegado que ahora votan diferente en la OEA, ahora emiten comunicados criticando la violación de los Derechos Humanos en Caracas y emitiendo cada vez opiniones más fuertes en contra del sistema político venezolano.

Como dice el viejo refrán "cría cuervos y te sacarán los ojos". Las islas del Caribe, salvo Cuba que sigue pegada de la ubre marchita venezolana, se han separado de los antiguos acuerdos, han decidido crear tienda aparte y no pelear con los Estados Unidos, esto ha ocasionado que Miraflores esté más preocupado en buscar alianzas más lejanas, como en el Medio Oriente y en Europa del Este.

Además, el Caribe se encuentra cerrado para Maduro por la decisión de la Casa Blanca de bloquear cualquier envío de gasolina o insumos para la industria petrolera destinado a Venezuela.

Con enormes embarcaciones de guerra, y con apoyo de otras potencias de Europa, los Estados Unidos dicen: "aquí no pasa nada", lo cual es un golpe duro para el modelo político y económico de Venezuela.

Sin duda, ya los tiempos cambiaron, la vía rápida del Caribe se encuentra bloqueada, y Caracas no ha hecho nada por defender la salida venezolana al Atlántico, permitiendo que Guyana siga avanzando en su expolio al territorio nacional.

La debilidad económica venezolana ha sido, a lo largo de estos 20 años, que basó su estrategia en una economía de puertos, en Miraflores pensaron que los precios del petróleo jamás iban a derrumbarse, pensaron que los gringos no iban hacer nada, más allá de condenas verbales, y, como podemos ver, en ambas cosas se equivocaron.

Al agotarse el dinero, al verse enfrentados con una administración de la Casa Blanca que no cree en pajaritos preñados, al verse despojados de los aliados del Caribe, en Miraflores tienen que jugársela con lo que tienen y con lo que puedan, y su capacidad de lograr una solución a la crisis venezolana, durante o post-pandemia, es prácticamente nula, debido a que no poseen los apoyos suficientes para rehabilitar el sistema económico venezolano, y esta es su realidad innegable.

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