miércoles, 29 de julio de 2020

La Constitución de EE.UU evadió la demagogia



OPINIÓN POLÍTICA

Este es parte de una serie de tres artículos sobre la Constitución americana con el fin de destacar las virtudes de sus redactores La Constitución de los Estados Unidos es un documento que se ha probado eficaz y eficiente en normar la vida en sociedad en este país por un lapso de más de dos siglos.

Es de hecho la Constitución federal vigente más antigua del mundo. Ha sido referencia para juristas, políticos estadistas y ciudadanos de todo el planeta que desean un gobierno sabio y justo.

Para entender la hazaña de unos pocos hombres ilustres que redactaron dicha Constitución norteamericana, hay que recordar que entonces- en mayo de 1787- se trataba exactamente de 13 estados en la confederación, con sus peculiaridades y distintos intereses, que se habían mantenido unidos, una vez que transcurrió poco más de una década de su independencia de Inglaterra.

Revolución y guerra independentista

Se reunió la Convención en Filadelfia que duraría unos cuatro meses. La reunión se convocó debido a problemas con el comercio entre los estados y unos tumultos violentos en Massachussetts. Parecía claro que la Confederación -regida hasta entonces por una asamblea- requería de un Poder Ejecutivo fuerte, que generara obediencia y produjera control y seguridad, manteniendo la libertad. La Asamblea de la Confederación entonces vigente carecía de esas virtudes.

Estados Unidos venía de una revolución y guerra independentista que había generado un grupo de notables, cultos y liberales personajes, como George Washington, quien había sido el jefe militar de aquella revolución. A ellos las masas radicales dieron la fuerza necesaria para actuar.

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Radicalizar la política

Pero, como no suele ser común en los procesos revolucionarios, estos personajes moderados no solo iniciaron la revolución y la desarrollaron, sino que pudieron terminarla sin radicalizar la política, con los resultados que hoy se mantienen.

El proceso independentista tuvo violencia, demagogia, rencores y codicia y ese espíritu inquietaba a todos aquellos comerciantes, financieros y tenedores de bonos. Estos aspiraban respeto, orden y calma.

James Madison, el llamado Padre de la Constitución, con el ilustre delegado de Nueva York Alexander Hamilton, pensaban que el papel esencial de una Constitución estribaba en proteger los derechos de la minoría contra la fuerza de una mayoría opresiva. Para ello, creían en los medios probados con el tiempo: jurado, Habeas Corpus y elecciones frecuentes como la receta.

La Constitución de los Estados Unidos es esencialmente un compromiso La fuerza y la virtud de la Convención de Filadelfia se debía al hecho de que se aferraba a métodos conocidos y con funcionamiento comprobado, ya por otros, o ya por los mismos estados de la Confederación.

Ellos estaban luchando por algo mejor. Los redactores deseaban –y lograron- que la nueva Constitución formara una unión más perfecta tanto de los estados como del pueblo.

La Constitución de los Estados Unidos es esencialmente un compromiso entre la necesidad de crear un gobierno de la República para conservar el apoyo del pueblo y el deseo de prevenirse contra la demagogia, a fin de no perder la confianza de los ciudadanos notables.

Sus redactores hablaron en nombre del pueblo y con la mirada en el futuro…

Así comienza el preámbulo:

«Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, para formar una Unión más perfecta, establecer Justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, prever la defensa común, promover el bienestar general y asegurar las bendiciones de la libertad para nosotros y nuestra posteridad, ordena y establece esta Constitución para los Estados Unidos de América».

Es decir, los redactores buscaban la libertad y la felicidad para el pueblo, y con la vista puesta en que las generaciones futuras pudieren disfrutar lo mismo.



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