Los gobiernos locales son clave para dar
respuestas a las dificultades que padece la población, bajo esa premisas los
municipalistas socialdemócratas ha promovido un debate para lograr sensibilizar
a la opinión pública de la importancia de estás instancias. En ese sentido,
conversé con Nelson Guillén quién, además de ser Secretario Nacional de Asuntos
Municipales de Acción Democrática, fue alcalde del municipio San Joaquín
(Carabobo).
Le pregunté a Nelson Guillén sobre ¿qué
puede ofrecer AD al país en materia municipal? “Los adecos” – me respondió –
“como siempre, le ofrecemos a Venezuela hechos antes que palabras, nuestra
experiencia al frente de los distintas instancias de gobierno es nuestro mejor
aval. Fíjate que, en mi labor personal, ejercí el gobierno municipal en San
Joaquín, un municipio modesto poblacionalmente, pero que fue receptor de
importantes inversiones a nivel industrial y, al tiempo, productor de distintos
productos agrícolas. Hoy en día, se está planteando en los principales centros
de estudios sobre políticas públicas las llamadas Alianzas Público – Privadas,
nosotros en San Joaquín, entre los años 1995 y 2000 gobernamos usando esa
estrategias sin que tuviera siquiera un nombre. No nos movía otra cosa que no
fuera mejorar la vida de la gente, con gestión real y apoyo mutuo entre el
municipio, la comunidad y las empresas”.
¿Cómo fue esa experiencia? ¿Cuáles
enseñanzas pueden extraerse de esa gestión municipal en San Joaquín útiles para
todo el país? Guillén me indicó “Durante mi gestión apenas estaba iniciando la
experiencia de la descentralización, regionalmente gobernaba Salas Feo, de
Proyecto Carabobo, y nacionalmente, gobernaba Rafael Caldera, por el partido
Convergencia, y luego los primeros 2 años de Hugo Chávez, yo como Alcalde adeco
me encontraba con dificultades presupuestarias y limitaciones institucionales
pero, teníamos una ventaja estratégica: el respaldo popular. Inauguramos un
gobierno local de puertas abiertas, nos reunimos constantemente con los vecinos,
con los productores agrícolas, con los empresarios y progresivamente fuimos
armando una agenda colectiva. Los académicos hoy le dicen a eso gobernabilidad
democrática, en ese momento nosotros le decíamos 'sentido común'. Las peleas y
conflictos entre los diferentes actores no deja ganancias, ganancias si nos
ofreció tener resultados”
¿Cuáles resultados? “Fíjate Julio, junto
con el empresariado local, las transnacionales instaladas en el municipio y el
oído atento en las necesidades de la ciudadanía logramos inaugurar, con una
alcaldía sin casi ningún recurso presupuestario, La Casa Alejó Zuloaga que la restauró
la Fundación Polar, y realizamos convenios educativos, culturales y recreativos
juntos. Implantamos el Programa de salud de prevención y fuimos ejemplo
nacional en esa materia. No solo convertimos la vieja y cansada medicatura en un
módulo tipo 2, es que también construimos el módulo del Sector Norte y, con la
Palmolive y Colgate, aún cuando no estaban en el municipio, logramos a través
de DVC el programa de atención a la primaria en salud preventiva. Esto era
posible gracias a las clínicas ambulantes y para ellos el primer colaborador
eran los propios vecinos. Junto con la Universidad de Carabobo propiciamos el
funcionamiento de los programas de extensión de FundaUC y si por si tales iniciativas
fueran pocas, logramos los consensos institucionales necesarios para el
funcionamiento en muchas bodegas comunitarias de Proal (Programa de
alimentación popular). Si el ciudadano de hoy compara esos años con las
actuales gestiones municipales no solo no encuentra hoy obras semejantes, es
que ni siquiera encuentra a los alcaldes y concejales que están desaparecidos y
no se reúnen con nadie”.
No podía perder la oportunidad de
preguntarle a Guillén sobre ¿cuál considera el que es la principal enseñanza
que puede darle a los municipalistas de hoy? me respondió “La enseñanza no
viene en un libro, viene de la práctica, los gobernantes locales no pueden
vivir pegados al Twitter o al Instagram, deben ser de carne y hueso y construir
consensos con los gobernados. Todo lo que hice y que los San Joaquineros
recuerdan con cariño no fue solo obra mía, fue toda la sociedad la que se
involucró en un trabajo coordinado. Los gobernantes endiosados terminan
odiados, en mi caso, puedo caminar por San Joaquín, por sus plazas y calles y ser
saludado por los vecinos. Hace rato, la práctica habitual de muchos ex alcaldes
es que se mudan de sus municipios por la vergüenza de gestiones grises o
funestas”.
Ciertamente, los gobiernos locales
requieren líderes cercanos. Nelson Guillén es un hombre de su pueblo, su
formación fue en la calle y tuvo logros interesantes. Es momento que esas
experiencias sean revisadas, mucho podemos aprender las nuevas generaciones
que, lastimosamente, lo único que hemos visto es el desastre chavista.
Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica
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