Próximamente, el ciudadano Juan Perozo culminará su período como alcalde del Municipio Libertador. Durante ocho años me he desempeñado como representante de la oposición a su gobierno, lamentablemente, nunca fui recibido como tal por este alcalde para plantear nuestras observaciones, sus miedos congénitos a las ideas diferentes le impidieron a esta gestión evitar el desastre administrativo en que se hundió el gobierno local. Tan grave es el daño institucional provocado por Juan Perozo que el PSUV tuvo que impedirle postularse en sus primarias y, pese a ser el partido oficialista, sus distintos aspirantes tratan de distanciarse de tan vergonzoso desempeño gubernamental.
Juan Perozo se planteó como objetivo retirar
al comercio informal de las calles, no lo logró sino que potenció el fenómeno. No
construyó una alternativa viable para la reubicación de los buhoneros, ni
tampoco formalizó sus negocios para que pagaran impuestos. El no ampliar la
base tributaria provocó que los pocos comerciantes formales estén ahogados en
una voracidad fiscal sin precedentes, causando desinversión, pérdida de puestos
de trabajo y cierre de empresas. Lo peor, la voracidad tributaria ni siquiera
fue compensada con la transparencia, es decir, nos metía las manos en los
bolsillos pero no explicaba en qué gastaba el dinero. No fue en salarios,
porque los funcionarios públicos siguen ganando menos de tres dólares al mes y
no se cumple la contratación colectiva, no fue tampoco en obras y eso es
demasiado obvio en el deterioro del ornato y las vías públicas, pero tampoco
fue en servicios públicos y hoy, 8 años después de su llegada a la alcaldía,
Juan Perozo nos deja con menos agua, menos iluminación, más basura, menos
transporte, sin seguridad ciudadana y con una economía local deprimida.
¿Pudo hacerlo diferente? Claro que si. Pudo
al menos escuchar nuestros reclamos, semana a semana usé este espacio para
mostrar el reclamo de las distintas comunidades de Libertador, tuve un programa
radial, en la emisora 99.9 fm, para mostrar la voz de los vecinos… la reacción
de Juan Perozo fue ignorar los reclamos y amenazar a la emisora para que
cerrara mi programa. Públicamente exigí que se efectuaran cabildos abiertos,
conforme al artículo 70 de la constitución vigente, para que los ciudadanos
expresaran sus pesares. Todo eso fue despreciado por el gobierno local.
Pero si no resolvió los problemas
tributarios y sus perniciosos efectos, si la policía mal pagada se convirtió en
un cuerpo a dedicación exclusiva a la matraca, sin no mejoró las condiciones de
trabajo de la administración pública, si no hay obras ni mejores servicios,
pues, ¿a qué se dedicó durante todo su gobierno Juan Perozo? Buena pregunta. No
tenemos muchos indicios, pero, ciertamente, si se cumpliera con los extremos
legales exigidos en materia de declaración jurada de patrimonio de los
funcionarios públicos, podría compararse con qué patrimonio llegó y con cuál
saldrá el próximo ex alcalde. Algún dato relevante podría salir de ese
procedimiento a cargo de la Contraloría Municipal y la Contraloría General de
la República. Si el PSUV fuese una organización política responsable, serían
los primeros en solicitar la averiguación ordinaria con pleno resguardo del
debido proceso.
No obstante, pase lo que pase con el
próximo ex alcalde, aquí quedó el municipio Libertador. Los vecinos tienen
ahora una nueva oportunidad para elegir un nuevo alcalde, pero en vista de nuestra mala experiencia,
sugiero a mis conciudadanos elegir con buen criterio. Solo hay dos opciones
reales: el PSUV o la Unidad Democrática, ya hemos probado al PSUV, por 20 años
seguidos en Libertador, en manos de los ciudadanos, con su voto, está el evitar
pasar por el mismo fracaso o decidir por cambiar.
Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica
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