miércoles, 5 de mayo de 2021

“Un CNE para Cada Elección”

 

OPINIÓN

Reinaldo Aguilera: 

La cosa viene más o menos así: El 5 de junio de 2020 el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de tendencia oficialista, declara la omisión inconstitucional de la Asamblea Nacional (AN) por no designar a los nuevos rectores a tiempo y se prepara para designar a los rectores del Consejo Nacional Electoral, el 11 de junio la Asamblea Nacional, que recordemos era de mayoría opositora, no reconoce la decisión del TSJ y dijo continuar con el proceso de postulación de candidatos para rectores del CNE, que fue paralizada durante los meses duros de inicio de la pandemia mundial por el coronavirus, de ello no existe sustento legal en la constitución venezolana para la intervención del TSJ.

En consecuencia, el 13 junio el TSJ procedió a designar a los nuevos rectores del poder electoral, en base a la sentencia de omisión del poder legislativo, ese cuerpo directivo electoral adelantó el proceso del pasado mes de diciembre, el cual ha sido desconocido y rechazado por múltiples países e instituciones nacionales e internacionales, por lo que el resultado de esa elección que es la actual Asamblea Nacional por lo tanto es írrita, hasta el punto de que los anteriores diputados (2015), aún se dicen estar en sus cargos y Juan Guaidó preside esa Asamblea Nacional.

El asunto entonces se complica, cuando en medio de una crisis humanitaria de altísimo nivel que vive Venezuela, esa nueva Asamblea designa una nueva directiva a menos de un año de la anterior, nos referimos recuerden, a la Asamblea no reconocida y rechazada, entonces ¿el nuevo ente electoral recién designado es legítimo o no lo es?, una razonable interrogante.

 

El caso es que con el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) integrado de forma más equilibrada, ya que consta de tres representantes del oficialismo y por dos personalidades de una parte de la oposición, podría quizás servir de punto de partida para la realización, por primera vez desde 2015, de comicios que sean reconocidos por la comunidad internacional y en los que participen las distintas fuerzas políticas que hacen vida en el país, pasando por las organizaciones paralelas a las existentes.

 

Lo angustiante y que algunos no observan, es la situación real del llamado cuerpo electoral, que no son los rectores designados, me refiero a los propios electores quienes están pasando por una infinidad de cosas, desde problemas médicos, económicos a un largo etcétera, ese punto es el que se debe atacar con prontitud, para que se recobre la esperanza y se rescate la voluntad de ir a votar y participar en algún proceso electoral, de lo contrario será en vano cualquier esfuerzo.

Sin embargo, aún con tanto en contra, podríamos decir que la ruta política de este año en Venezuela será “negociación, diálogo y elecciones”, ahora bien, de definir ciertamente la participación en el venidero proceso electoral, se tiene que lograr la unificación real de fuerzas políticas opositoras, organizarse y trabajar duro para lograr el triunfo, además de contar con las garantías necesarias  antes durante y después del proceso, me refiero a que sean reconocidos los resultados y que a los electos se les deje gobernar.

Los nuevos representantes del Poder Electoral fueron electos por mayoría calificada, por lo tanto, desde ya, Pedro Calzadilla, Enrique Márquez, Tania D'Amelio, Roberto Picón y Alexis Corredor se desempeñarán como rectores principales, como verán los conocedores de la materia, se repiten nombres ya conocidos, tanto en los principales como en los suplentes, dejando ver que aún son fichas importantes del oficialismo dentro del ente comicial, lo que no genera confianza determinante.

De acuerdo al reglamento del CNE, la nueva directiva debe realizar una reunión de directorio para designar la Presidencia y Vicepresidencia del órgano electoral; así como la distribución de la Junta Nacional Electoral, la Comisión de Participación Política y Financiamiento, y la Comisión de Registro Civil y Electoral, en ese momento veremos quién tendrá el control y quién no, de las áreas delicadas dentro del CNE.

Por el momento, no debemos olvidar todos los antecedentes de lo que sucede, tenemos que las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre pasado, marcaron otro revés en los esfuerzos por forjar una solución pacífica al conflicto político del país, el cual se agudiza con el paso de los días, por otra parte, la oposición mayoritaria liderada Juan Guaidó boicoteó la votación con el argumento de que no era ni libre ni justa, pero que el resultado de esa elección nos trae hasta el actual momento.

Finalmente, debemos tener claro que el gobierno y la oposición están actualmente a kilómetros de distancia, y cualquier intento por retomar de inmediato las negociaciones a gran escala probablemente fracasaría, pero si de la reciente designación del ente electoral, surgen luces que alumbren el oscuro túnel, quizás, repito quizás se pueda ver algo de claridad que  traiga beneficio a la colectividad y destranque el juego político que mantiene a todos en un insomnio permanente y no obligue a que se designe un CNE para cada elección, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.

@raguilera68/@AnalisisPE

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