lunes, 2 de mayo de 2022

“Los Juristas del Horror Versión Tropical”

 

OPINIÓN/ 


Reinaldo Aguilera: 

Siempre hemos indicado, que el llamado Estado de derecho está formado, tradicionalmente, por dos componentes: en primer lugar, el Estado (como forma de organización política) y en segundo término, el Derecho (como conjunto de las normas que rigen el funcionamiento de una sociedad), estos principios son el deber ser de la justicia, a mi entender.


En estos casos, por lo tanto, el denominado poder del Estado, se encuentra limitado siempre por el derecho, pero el asunto se complica cuando la ley se convierte en instrumento de la minoría que muchas veces maneja ese Estado, para atropellar a la mayoría.


Las actuaciones groseras y arbitrarias del Tribunal Supremo de Justicia durante los tiempos revolucionarios que se viven en nuestra Venezuela, solo pueden explicarse dejando claro que existen muchas manos metidas en el manejo de la administración de justicia, bandas internas, sectores en pugna permanente y en consecuencia se actúa a conveniencia, me atrevería a decir inclusive, hasta el punto de ir legalizando lo ilegal, eso está sucediendo en estos momentos en Venezuela aunque se dude.

De ser así, nos encontramos en la actualidad ante una desviación tal que atenta contra la propia democracia, más aún si tomamos en cuenta que un Estado realmente democrático es definido como “el gobierno de las mayorías, el gobierno del pueblo y para el pueblo”, donde funcionan los poderes con independencia y respeto y esa independencia otorga al sistema los contrapesos necesarios para que exista gobernabilidad y eso hoy no existe.


Definitivamente, lo que vemos a diario dentro del llamado sistema de administración de justicia, que muchas veces luego concluyen con la emanación de sentencias del TSJ, son capítulos de una oscura historia que podemos denominar como cosas que ocurren en los “años revolucionarios del siglo XXI”, años de involución, sin duda, para nuestro país.


Vale la pena recordar y explicar brevemente lo que magistralmente relata el abogado alemán Ingo Müller, en su libro “Los juristas del horror”, que constituye por demás un alerta para con las personas que tienen hoy la obligación de impartir justicia y no lo hacen adecuada o correctamente, esto en el entendido de que durante los años del denominado Tercer Reich, ocurrió lo que quizás fue la máxima expresión del secuestro de las leyes por una ideología, ya que bajo el nazismo, nada de lo que se hizo fue ilegal y mucho menos ilegítimo, por el contrario, estaba apegado a la ley, pero a la ley que fue ajustada al régimen, para así cometer los actos más crueles y horribles de la historia moderna.


Todo lo que se puede leer en el libro “Los juristas del horror” es verdaderamente espeluznante, en él no solo se describen los sucesos ocurridos en esa época, sino que es una especie de profecía de hasta dónde pueden llegar los regímenes autocráticos, en su afán de violentar y conculcar las libertades y los derechos de la mayoría de las personas.


Una de las terribles conclusiones a la que se llega una vez estudiado el texto, tiene que ver con que los atropellos, las prisiones, las torturas y todo lo demás, se hicieron de modo totalmente legal.


El episodio ocurrido la semana pasada, en el cual se efectuó un burdo reciclaje de los magistrados del TSJ Venezolano, nos lleva a pensar en que el régimen necesita el control absoluto del sistema de justicia, para de alguna manera blindar sus actuaciones, de modo de tener un respaldo judicial, algo así como un cuerpo de juristas que les ayuden a cubrir los horrores que cometan, pero en versión tropical.


Todo nos lleva a pensar que de una u otra forma habrá un final, en cuanto a la legalidad o no de los actos cometidos por el actual régimen, solo puedo decirles que muchas veces la lucha por la verdadera justicia puede ser larga, pero siempre se llega a ella y la verdad saldrá a la luz.


En conclusión y a modo de reflexión, les digo que quienes cometen actos contra las normas constitucionales establecidas y contra el correcto proceder, piensan que siempre estarán amparados por el escudo de la impunidad, pero nada más lejos de la realidad, así de simple y sencillo.



Reinaldo Aguilera R.

@raguilera68/@AnalisisPE



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